Filmoteca de Extremadura
Programación de cine itinerante por núcleos rurales extremeños en colaboración con
CineClub "El Gallinero"
Programación de cine itinerante por núcleos rurales extremeños en colaboración con
CineClub "El Gallinero"
Invitación de boda
20 de Septiembre/2018
Sala Avenida/Jaraíz
201:30 Horas
Annemerie Jacir
GUIÓN: Annemerie Jacir
FOTOGRAFÍA: Antoine Heberlé
REPARTO: Claes Saleh Bakri, Mohammed Bakri, Maria Zreik
GÉNERO: Comedia. Drama | Comedia negra
DURACIÓN: 90 Min.
PAÍS: Palestina AÑO: 2017
GÉNERO: Drama / Road movie
SINOPSIS
Abu Shadi, de 60 años, vive en Nazareth, y es padre divorciado y profesor de escuela. Su hija se va a casar y Abu tiene que vivir solo hasta que su hijo, un arquitecto que vive en Roma desde hace muchos años, llegue para ayudarlo con la preparación de la boda. Como exige la tradición palestina local, tienen que entregar la invitación a cada invitado personalmente. Mientras padre e hijo, apenas unos desconocidos, pasan unos días juntos, su frágil relación se verá puesta a prueba.
¿Quién es quién?
Annemarie Jacir (Belén, 1974)

Ha trabajado en el
cine independiente desde 1994 y ha escrito, dirigido y producido varias
películas ganadoras de premios como “Hasta cuándo”, “Algunas migajas para los
pájaros” o “Una Historia post-Oslo”. Fue escogida una de las 25 personas más
importantes en el cine independiente por la revista Filmmaker magazine.
Su cortometraje, "Todo
son impedimentos" (2003), considerada una de las diez mejores películas de 2003,
fue el primer cortometraje en ser
escogido para competir en el Festival Internacional de Cine de Cannes y ha
ganado en diversas competiciones internacionales más de 15 premios. La película
trata de una ficción cinematográfica que con ironía pone en duda la obstáculos
interpuestos por la ocupación Israelí al paso de un equipo de rodaje.
En 2007, Jacir realizó
el primer largometraje rodado por una directora palestina, “La sal de este mar”,
la historia de una refugiada que vuelve a su país. La película, lanzada en
2008, fue la película que presentó la Autoridad Palestina a los Oscar de ese
año como candidata a Mejor película de habla no inglesa. Su siguiente
película, “Al verte” (2012), también fue la propuesta de Palestina para la
edición de 2013 de los Oscar y fue premiada con el premio NETPAC (Network for
the Promotion of Asian Cinema) en el Festival de Cine de Berlín y el premio a
la Mejor Película Árabe en el Festival de Cine de Abu Dabi 2012.
Las obras poéticas de
Annemarie Jacir, así como sus relatos, han sido publicados en numerosas
publicaciones literarias y antologías de habla inglesa y en La poesía de la
mujer inglesa y ha leído junto al poeta Amiri Baraka. Ha ganado varios premios
de escritura de guiones y fue finalista del Grand Prix du Meilleur Scénariste
de París en 2007 por el guion de La sal de este mar.7
Es cofundadora de la
productora Philistine Films, dedicada a películas relacionadas con el mundo
árabe, y del proyecto «Dreams of a Nation» para la conservación y la promoción
del cine palestino.
Reside en Amán,
Jordania, después de que en 2008 las autoridades israelíes le prohibieran
entrar en Cisjordania y volver a su hogar.
Largo viaje sin salir de casa
Nazaret, la ciudad de Israel con mayor población árabe, es
el escenario perfecto para una película de carretera en la que los personajes
avanzan en lo moral mientras no dejan de dar vueltas en lo físico. Los
conflictos internos, de familia, entre un padre y un hijo que reparten
invitaciones de boda, entregadas en mano, sin mediación, como manda la
tradición palestina, ejercen de metonimia ideal de los conflictos externos, los
que surgen entre las diferentes tradiciones de la ciudad, en lo político, en lo
religioso, en lo social.
En su tercer largometraje, Annemarie Jacir, palestina de
Belén, ha compuesto una road movie clásica en la que no es necesario salir de
la ciudad para que se cumplan sus esencias. Como mandan los cánones del
subgénero, cada encuentro, cada visita a amigos y familiares, muestra una
microhistoria personal, un modelo de relación entre iguales y entre diferentes,
un prototipo de los conflictivos vínculos en una ciudad diversa, trascendiendo
de este modo desde lo particular hasta lo universal.
Jacir, que ha dado un gran salto de calidad desde su ópera
prima, “La sal de este mar” (2008), también estrenada en España, logra
una película fascinante ambientada durante buena parte de su metraje en el
interior de un coche. Un reducto donde padre e hijo reflexionan sobre la
oportunidad de marcharse y la necesidad de quedarse en una ciudad que nunca los
acogió, pero que también es suya. Tradición y modernidad, en continua pugna,
aunque entrelazadas como los dedos de dos personas que se aman, que saben
mirarse a los ojos y comprender lo que hay dentro. Una fuerza del cariño
comandada por dos actores excelentes, Mohammad y Saleh Bakri, padre e hijo en
la vida real, forjadores de una bella calma entre el nervio de una ciudad
(im)posible.
Sin las desorientaciones de verosimilitud de La sal de este
mar, historia de amor que ya se centraba en el mismo subtexto —la colisión
entre el que aspira a respirar fuera del conflicto-palestino israelí y el que
aún cree que se pueden cambiar las cosas desde dentro—, Invitación de boda,
drama con apuntes de comedia premiado en Locarno y Mar del Plata, es una de
esas películas para vivir, aprender y soñar. De apariencia sencilla y mensaje
complejo, que se escucha y se huele, y que se mantiene firme sobre una línea de
corte humanista, tan necesaria en estos tiempos de constante desequilibrio.
(Javier Ocaña: El País)
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