jueves, 12 de febrero de 2009

Película 166 # Año 6

 Tiro en la Cabeza

Jueves 12/Viernes 13 - Febrero/2009

Sala Avenida-Jaraíz

21:00 Horas



 
DIRECTOR

Jaime Rosales

GUIÓN: Jaime Rosales

FOTOGRAFÍA: Óscar Durán
 
REPARTO:  Ion Arretxe, Iñigo Royo, Jaione Otxone, Ana Vila, Asun Arretxe, Nerea Cobreros, José Ángel Lopetegui, Iván Moreno, Diego Gutiérrez
 
 GÉNERO: Drama | Cine experimental. Terrorismo. ETA 

DURACIÓN: 85 Min.

PAÍS: España
 



SINOPSIS
 
El 2 de diciembre del 2007, tres etarras asesinaron a dos guardias civiles (Fernando Trapero y Raúl Centeno) con los que casualmente se encontraron en una cafetería en Capbreton, en la región francesa de Las Landas. 
 
 
¿Quién es quién? 

Jaime Rosales (Barcelona, 1970).

Licenciado en Ciencias Empresariales, pasó en Cuba tres años, estudiando cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) de La Habana, y estudió luego en la Australian Film Television and Radio School Broadcasting Enterteinment (AFTRSBE) de Sídney (Australia).
Autor de varios cortos de éxito. Su primer largometraje, Las horas del día, obtuvo el Premio de la Crítica Internacional en la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes. En 2007 estrenó su segundo largometraje, La soledad, que recordaréis los gallineristas.

El cine de Rosales, muy influido por cineastas como Robert Bresson o Yasujirō Ozu, intenta mostrar fragmentos de la vida cotidiana de forma ascética y mediante planos fijos.

Obtuvo el Premio Goya al mejor director por La soledad, película premiada también como la mejor película en la XXII edición de los Premios Goya. En ella aporta una nueva forma narrativa y visual, la polivisión, por la cual se puede contemplar la acción de varios personajes de manera simultánea. 
 
En el Festival de Cine de San Sebastián 2008 se presentó su película Tiro en la cabeza, con críticas dispares. Con ella, ganó el Premio FIPRESCI a mejor película, otorgado por la crítica. 
 
Cacareos

Habría que remontarse a los gloriosos días de El sabor de la sandía, Batalla en el cielo o Last Days para encontrar tanto disgusto en el patio de butacas de la Sala Avenida. El goteo de gente abandonando el cine, el sobrecogedor sonido de las vestiduras al rasgarse, el miedo a expresar que la película no era tan mala...; fueron desencadenantes que minutos antes habían obligado a la taquillera a huir, poniendo la caja a buen recaudo. 
Ya había sucedido algo parecido en otras salas y en su estreno en el Festival de San Sebastián. Por estas y otras razones, que la gente  se negó a analizar, fundamentalmente por la incomodidad que genera el tema de ETA, Tiro en la cabeza se convertirá en una de las proyecciones históricas del Cineclub El Gallinero y algún día la veremos con otros ojos.




Y me parece a mi 

Despertar tras un tiro

Dura de ver: incómoda (múltiples cambios de postura en la butaca), incomoda (te deja sólo con tus pensamientos) y desagradable (la vomitiva estupidez del asesinato, pocas veces tan próximo). Tiempo de sufrir.

-¿Y porqué este tío la califica con notable?, ¿es masoquista?.

No. No soy masoquista. Aprecio del cine no sólo su oferta de entretenimiento y relajación. Considero que el séptimo arte tiene muchas más posibilidades, aunque para algunos rayen en lo antiartístico, la famosa "contra". Y aquí encuadro yo a Jaime Rosales y su Tiro en la cabeza.
La película es necesaria, aunque dolorosa, porque en el tema concreto de ETA existen posturas enquistadas y fosilizadas que conviene dinamitar con otras visiones y otros puntos de vista, para que fluyan las soluciones. No sólo existen el blanco y el negro hay una maravillosa gama de tonos grises que nos acercarían mucho más a la realidad del pueblo vasco.
Lo que en definitiva nos cuenta la historia de Rosales, inspirada en el asesinato de dos policías secretas en Capbretón (Francia), es que los responsables son personas que viven en un entorno afín y no alienígenas o monstruos, que a título individual y por mutaciones genéticas, conciben muertes irracionales.
El problema perdura y las respuestas no llegan a ser efectivas. ¿Podría haber otros atajos hacia la paz?. Resulta triste pensar que en algunos ámbitos de este pais (que según nuestros políticos es moderno y superdemocrático), esta simple pregunta puede complicarte la vida, o si no que se lo pregunten al director que ha visto cómo, salvo la crítica, le han ninguneado en todas partes.
Así pues, notable alto para Tiro en la cabeza por su valentía, su innovación (teleobjetivo y sin palabras) y por hacernos reflexionar (que ya teníamos oxidada esta capacidad).
Jaht 
 



Tal como éramos




 

 
 
 

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