martes, 26 de octubre de 2021

Película 560 # Año XIX






 Mandíbulas 

(Mandibules)

Jueves 28 de Octubre/2021

Sala Avenida/Jaraíz

20:30 Horas


DIRECTOR

Quentin Dupieux

GUIÓN: Quentin Dupieux

FOTOGRAFÍA: Quintín Dupieux

REPARTO: Grégoire Ludig, David Marsais, régoire Ludig, David Marsais, Adèle Exarchopoulos, India Hair, Roméo Elvis, Dave Chapman, Anaïs Demoustier, Coralie Russier, Bruno Lochet, Raphaël Quenard

GÉNERO: Comedia. Fantástico. Insectos

DURACIÓN: 77 Min.

PAÍS: Francia



SINOPSIS

Cuando dos amigos no muy inteligentes encuentran una mosca gigante, viva y atrapada dentro de un coche, ambos deciden entrenarla para ganar dinero con ella.




¿Quién es quién?


Mr. Oizo es el seudónimo del productor musical y director de cine francés Quentin Dupieux (Francia-1974), un exitoso músico electro house, conocido por su canción "Flat Beat" de 1999 y sus colaboraciones con Uffie. Su seudónimo es una alteración de la palabra francesa oiseau, que significa "pájaro". Actualmente, trabaja junto a la discográfica Ed Banger Records.

Otros de sus films: Rubber (2010), Wrong (2012), Réalité (2014), Bajo arresto (2018), La chaqueta de piel de ciervo (2019)...


Adèle Exarchopoulos (París-1993) es una actriz francesa, con antecesores griegos a quien todos recordareis por La vida de Adéle



Y me parece a mi

Las moscas: drones sin batería

Reconozco que la comedia rocambolesca y del absurdo no es un género que me fascine, en absoluto. De eso va Mandíbulas, de situaciones incómodas y chuscas, en las que en todo momento están presentes el caos y el equívoco; manteniendo la acción al borde del estropicio.

Siguiendo el vago periplo de dos amigos, que guardan en el maletero de un coche "expropiado" en plena calle, una impensable joyita cargada de futuro; el director francés, por lo que leo, muy apreciado por la crítica profesional, se mete en la cabeza de los viajeros porque sobra mucho espacio debido a la desertificación neuronal de ambos.

Los especialistas, los forenses filmográficos; han destacado, como valor más apreciable, la ternura que provoca la imbecilidad supina de los personajes creados por Quentin Dupieux. Solo aplaudiría esta postura si el sarcasmo, que yo no adivino, estuviera presente en la propuesta. Y estaréis de acuerdo conmigo en que si apareciera la ironía mordaz desaparecería, de inmediato, cualquier atisbo de delicadeza.

La licencia que el disparate creativo concede al autor, está supeditada por la capacidad intelectual de los seres que pululan por la pantalla; y eso sí es meritorio: que consiga urdir una trama con hilos tan defectuosos.
Jaht





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