Domingo Sangriento
Blooday Sunday
Jueves 15 y Viernes 16 de Mayo
Sala Avenida/Jaraíz
21:00 Horas
DIRECTOR
Paul Greengrass
GUIÓN: Paul Greengrass
MÚSICA: Dominic Muldowney
FOTOGRAFÍA: Ivan Strasburg
REPARTO: James Nesbitt, Allan Gildea, Gerard Crossan, Mary Moulds, Carmel McCallion, Tim Pigott-Smith, Nicholas Farrell, Gerard McSorley, Kathy Kiera Clarke, Declan Duddy, Mike Edwards, Eva Birthistle
GÉNERO: Drama | Basado en hechos reales. Terrorismo. IRA. Años 70
DURACIÓN: 107 Min. PAÍS: Reino Unido
SINOPSIS
Irlanda del Norte. Docudrama sobre los trágicos sucesos ocurridos en Londonderry el domingo 30 de enero de 1972. Ese día soldados británicos dispararon contra civiles desarmados que participaban en una manifestación: catorce personas murieron y más de treinta fueron heridas. Los manifestantes protestaban contra un decreto del Gobierno británico que autorizaba la detención y encarcelamiento sin juicio previo a los sospechosos de pertenencer al IRA. El "Bloody Sunday" o "Domingo Sangriento" fue crucial para Irlanda del Norte porque hizo que el conflicto se recrudeciera, animó a muchos jóvenes a integrarse en el IRA y fue la causa de 25 años de violencia. Obra de carácter coral en la que destaca el personaje de Ivan Cooper, un idealista que líderaba el movimiento por los derechos civiles y compartía el sueño de Martin Luther King de lograr un cambio pacífico.
Y me parece a mi
Tiro al pichón en el Bogside, Derry.
Cuando los estados se atrincheran tras
soldados y policías que han sido aleccionados para exigir violentamente
deberes, que emanan de decretos impopulares, cuando no abusivos,
dejando de lado la defensa de los derechos del pueblo puede suceder lo
que exhaustivamente nos cuenta este docudrama de Paul Greengrass: los
hechos de aquel Domingo de Enero de 1972. Un día que aspiraba, tras la
pacífica marcha convocada, a ser fecha histórica de las esperanzas
civiles, acabaría figurando en los anales de la ignominia.
Delante de las reivindicaciones, políticos electos que tenían como referentes a personajes históricos tan sospechosos como Ghandi o Martin Luther King. Enfrente de las protestas contra el acoso inglés la élite represora del imperio: el cuerpo de paracaidistas, acostumbrado al uso de la fuerza y al desuso de la razón.
La excusa de la inestabilidad entre católicos y protestantes o la proximidad de un débil I.R.A., por aquellas fechas, nunca debiera justificar el asesinato, por más que nos tengan acostumbrados a normalizar las salvajes actuaciones de los profesionales armados contra civiles torpes y cabreados.
El hecho de colocar la pistola encima de la mesa, al oír el amenazante término: pacifista; y desoír cualquier propuesta de entendimiento de responsables sociales, debería ser suficiente para dudar del buen ejercicio de funciones de los que se hacen llamar agentes del orden.
El trabajo del director y guionista británico, cámara al hombro dentro de las algaradas, nos introduce en la imprevista y peligrosa realidad que vivieron los ciudadanos normales que, sin límites de sexo y edad, creían asistir a una legítima y controlada protesta que denunciaba la criminalización de los jóvenes de Derry, y se encontraron en medio de una inesperada y criminal venganza.
Delante de las reivindicaciones, políticos electos que tenían como referentes a personajes históricos tan sospechosos como Ghandi o Martin Luther King. Enfrente de las protestas contra el acoso inglés la élite represora del imperio: el cuerpo de paracaidistas, acostumbrado al uso de la fuerza y al desuso de la razón.
La excusa de la inestabilidad entre católicos y protestantes o la proximidad de un débil I.R.A., por aquellas fechas, nunca debiera justificar el asesinato, por más que nos tengan acostumbrados a normalizar las salvajes actuaciones de los profesionales armados contra civiles torpes y cabreados.
El hecho de colocar la pistola encima de la mesa, al oír el amenazante término: pacifista; y desoír cualquier propuesta de entendimiento de responsables sociales, debería ser suficiente para dudar del buen ejercicio de funciones de los que se hacen llamar agentes del orden.
El trabajo del director y guionista británico, cámara al hombro dentro de las algaradas, nos introduce en la imprevista y peligrosa realidad que vivieron los ciudadanos normales que, sin límites de sexo y edad, creían asistir a una legítima y controlada protesta que denunciaba la criminalización de los jóvenes de Derry, y se encontraron en medio de una inesperada y criminal venganza.
spoiler:
Los informes demostraron
fehacientemente que los manifestantes muertos y heridos no portaban
armas. Aquello fue el disparo de salida para que quienes habían apostado
por la vía política y de negociación, tomaran el camino de la lucha
armada y perdieran la fe en la paz y la reconciliación.
En 2010, el Primer Ministro David Cameron, publicó las conclusiones de una segunda investigación que había durado más de 10 años: "Los fallecidos iban desarmados. Fueron los soldados británicos quienes dispararon, siguiendo órdenes que no deberían haber sido dadas. Ninguna de las víctimas planteaba una amenaza de causar la muerte o heridas graves o estaba haciendo algo que desde ningún punto de vista justificara que se disparara contra ellos"
En 2010, el Primer Ministro David Cameron, publicó las conclusiones de una segunda investigación que había durado más de 10 años: "Los fallecidos iban desarmados. Fueron los soldados británicos quienes dispararon, siguiendo órdenes que no deberían haber sido dadas. Ninguna de las víctimas planteaba una amenaza de causar la muerte o heridas graves o estaba haciendo algo que desde ningún punto de vista justificara que se disparara contra ellos"
Jaht
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