Happy Together
(Chun gwong tsa sit)
Jueves 4-Viernes 5 / Enero 2007
Sala Avenida-Jaraíz
21:00 Horas
DIRECTOR
Wong Kar-Wai
GUIÓN: Wong Kar-Wai
MÚSICA: Danny Chung
FOTOGRAFÍA: Christopher Doyle
REPARTO: Leslie Cheung, Tony Leung Chiu-Wai, Gregory Dayton, Chang Chen, Shirley Kwan
GÉNERO: Romance. Drama | Homosexualidad. Amistad. Drama romántico. Película de culto
DURACIÓN: 98 Min.
PAÍS: Hong Kong
SINOPSIS
Lai Yiu-Kai y Ho Po-Wing viven una apasionada relación. Viajan desde
Hong Kong a Argentina, pero la llegada al nuevo país parece transformar
las cosas y Ho, de repente, abandona a Lai. Éste comienza a trabajar
como portero de un bar, con el único afán de reunir el dinero suficiente
para volver a su país. Un día Ho reaparece, pero las cosas ya no son
iguales...
¿Quién es quién?
Wong Kar-Wai, original de Hong Kong (1958), este célebre director comenzó estudiando diseño gráfico y trabajando en producciones televisivas.
Señas de identidad:
Los encuentros fortuitos, el destino, las conexiones, el romanticismo…
Todo eso está soterrado en las historias del hongkonés, que huye de las
narrativas convencionales para construir relatos de amor y desamor que,
como en la vida, escapan muchas veces a nuestra comprensión. Más allá de
sus temáticas predilectas, no es difícil identificar visualmente una de
sus películas: el cineasta se sirve de la música (normalmente buscando
el contraste entre culturas) y de los colores (auténticos transmisores
de emociones) para expresar lo que no se puede decir en palabras. La
cámara lenta, las miradas, los silencios y el aura de nostalgia son
constantes en sus films.
Frase: "A veces comparo hacer una película con cocinar. Algunos platos necesitan ser cocidos, mientras que otros hay que freírlos.
"Lo que puedes decirle a un cinéfilo:
"Wong Kar Wai es pura emoción, pero sus historias no se quedan en la
superficie: ahondan a través de la música y la estética en lo más
profundo de la psique humana, sin dejar de lado su sutil análisis a la
confusa identidad hongkonesa".
Lo que NO puedes decirle a un cinéfilo: "Su narrativa me parece incomprensible. La vida no es tan compleja en realidad".
Texto extraído de Fotogramas
Y me parece a mi
Cuando el ánima pesa más de 21 gramos
En este romance bonaerense, que como
cualquier afecto absorbente tiene casi siempre como próximo vecino al
rencor, estaría también bien traída aquella frase, que algunos atribuyen
a García Márquez, de que "el amor es eterno mientras dura"
Porque tras los "días de vino y de rosas", o los brotes eufóricos, como repetían The Turtles (allá por el 1967) en el tema que da título y eje musical a la película: "No puedo verme amando a nadie que no seas tú, para toda mi vida, cariño cuando estás conmigo, los cielos, serán azules para toda mi vida"; llegan las resacas, los bajonazos y los violentos choques con el existencialismo.
Sabíamos ya en lo que quedan muchos de esos febriles momentos del happy together (felices juntos), por líricas crónicas de la humanidad, desde tiempos inmemoriales. Conocíamos, a veces por propia experiencia, de la pátina de conformidad y resignación que queda tras las cosas que pudieron haber sido y no fueron. Lo que ignorábamos era cómo lo vería, y lo contaría, un alma tan sensible como la de Wong Kar-Wai. El resultado es magistral, pleno de aciertos; consiguiendo una vez más total comunión entre color (incluido el blanco y negro), músicas, entrega interpretativa y presencia de todas esas cosas que solo consiguen mostrar unos cuantos: silencios clamorosos, interioridades robadas del alma del espectador y, en este caso, cataratas de sentimientos (soledades, angustias, dudas...) que mezclan lágrimas con las furiosas aguas del Iguazú.
Porque tras los "días de vino y de rosas", o los brotes eufóricos, como repetían The Turtles (allá por el 1967) en el tema que da título y eje musical a la película: "No puedo verme amando a nadie que no seas tú, para toda mi vida, cariño cuando estás conmigo, los cielos, serán azules para toda mi vida"; llegan las resacas, los bajonazos y los violentos choques con el existencialismo.
Sabíamos ya en lo que quedan muchos de esos febriles momentos del happy together (felices juntos), por líricas crónicas de la humanidad, desde tiempos inmemoriales. Conocíamos, a veces por propia experiencia, de la pátina de conformidad y resignación que queda tras las cosas que pudieron haber sido y no fueron. Lo que ignorábamos era cómo lo vería, y lo contaría, un alma tan sensible como la de Wong Kar-Wai. El resultado es magistral, pleno de aciertos; consiguiendo una vez más total comunión entre color (incluido el blanco y negro), músicas, entrega interpretativa y presencia de todas esas cosas que solo consiguen mostrar unos cuantos: silencios clamorosos, interioridades robadas del alma del espectador y, en este caso, cataratas de sentimientos (soledades, angustias, dudas...) que mezclan lágrimas con las furiosas aguas del Iguazú.
spoiler:
Una road movie, entre Hong
Kong y Argentina, que iba para corpórea y festiva y acaba en un viaje
espiritual, un antes y un después. Una constatación clara y dolorosa de
que el agua no pasa dos veces por el mismo río.
Jaht
Tal como éramos
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