jueves, 16 de mayo de 2002

Película 10 # Año 1


El Hijo de la Novia

Jueves 16 y Viernes 17/Mayo/2002
Sala Avenida/Jaraíz
21:30 Horas

DIRECTOR

Juan José Campanella

GUIÓN:  Fernando Castets, Juan José Campanella

MÚSICA: Ángel Illarramendi

FOTOGRAFÍA: Daniel Shulman

REPARTO: Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Verbeke, Eduardo Blanco, Gimena Nóbile, Claudia Fontán, David Masajnik, Atilio Pozzobon, Salo Pasik 

GÉNERO:  Drama. Comedia | Alzheimer. Vejez. Familia. Bodas. Discapacidad 

DURACIÓN: 124 Min.     PAÍS: Argentina 



SINOPSIS 

Rafael dedica 24 horas al día a su restaurante, está divorciado, ve muy poco a su hija, no tiene amigos y elude comprometerse con su novia. Además, desde hace mucho tiempo no visita a su madre, internada en un geriátrico porque sufre el mal de Alzheimer. Una serie de acontecimientos inesperados le obligan a replantearse su vida. Entre ellos, la intención que tiene su padre de cumplir el viejo sueño de su madre: casarse por la Iglesia. 


¿Quién es quién?
Juan José Campanella (Buenos Aires, 19 de julio de 1959) es un director de cine y televisión, guionista y productor argentino. Juan José Campanella es conocido sobre todo por su carrera en cine como director y guionista en las películas El mismo amor, la misma lluvia (1999), El hijo de la novia (2001). El hijo de la novia fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Ricardo Alberto Darín (Buenos Aires, 16 de enero de 1957) es un actor y director argentino, cuya trayectoria comenzó en la industria televisiva a fines de los años 60 y, desde entonces, ha actuado en roles dramáticos y cómicos. 
A pesar de su trabajo constante en el mundo de la televisión, Darín nunca abandona el teatro y sigue realizando obras como La extraña pareja (1984), Taxi (1985), Sugar (1986-1987), Rumores (1990), Algo en común (1995) y Art (1997-1999). Como director teatral, debutó en 1990, con la obra Pájaros in the nait, protagonizada por Adrián Suar, Diego Torres, Leonardo Sbaraglia, entre otros.
La crítica se fijó en Darín y lo alabó con su papel en el film Perdido por perdido, junto a Enrique Pinti dirigida por el debutante Alberto Lecchi. Más tarde participó en El faro, de Eduardo Mignogna y protagonizó El mismo amor, la misma lluvia de Juan José Campanella, siendo otra vez su papel digno de elogio. Pero su salto definitivo lo consigue con su papel de Marcos, un ladrón de poca monta en una Argentina que empieza a agonizar económicamente, en la película Nueve reinas (nuestra 4ª película). Darín brilló en este film que coprotagonizó junto a Gastón Pauls y consiguió, finalmente, un nombre de peso dentro de la industria cinematográfica argentina.

Cacareos


Tal como éramos


















Y me parece a mi
Lo importante no es lo que aparenta importar

La duda sobre la capacidad del comunicador es algo que martillea en la mente de la mayoría de quienes se dedican a la literatura, el cine, la pintura, la música ...; también de los políticos y vendedores de crecepelos, o cualquiera otra faceta de la vida que anhela la complicidad del mayor número de seres humanos. La sustancial diferencia entre unos buscadores u otros de empatía son las armas que utilizan para convencer. Por lo general los creadores artísticos apelan a la verdad que trasudan sus propios sentimientos y vivencias, pero tampoco esta es una fórmula infalible.
Sea como fuere, tanto Campanella como Fernando Castets (su coguionista) y el resto del elenco, han encontrado en esta ocasión el camino para emocionar y hacernos más que creíble una historia que podía ser la de cualquiera y, aunque tratada con el terciopelo del humor, lo suficientemente rotunda como para sumirnos en la reflexión y en el deseo de cambio, si es que aún estamos a tiempo.

Tal vez la función más importante que nos toque desarrollar en la vida, no sea la de cirujano, mecánico, primer ministro, labrador, maestro u hostelero (con o sin estrellas Michelín). No somos conscientes, como Rafael, de que si no aprobamos en el hijo de..., padre de..., hermano de... o amigo de...; el resto puede ser huero, frío y de escaso éxito. Aspirar a lo material, a costa del tiempo que restamos a los afectos no es una buena decisión, casi todos lo sabemos y casi todos nos equivocamos, una y otra vez. Rectificar es posible, pero no siempre, a veces llegamos tarde y es descorazonador, porque seguir alentando sin esa víscera es muy complicado.
spoiler:
El realizador argentino nos coloca ante una realidad difícil de esquivar, con la que sin querer acabaremos plenamente identificados y convencidos de que, al igual que para el protagonista, la salvación vendrá por el lado del calor humano, ese que solo emana del amor.
Jaht 


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