jueves, 30 de octubre de 2008

Película 151 # Año 6

ELEGY
30 y 31 de Octubre de 2008
Sala Avenida
Jaraíz de la Vera


Directora
Isabel Coixet

jueves, 23 de octubre de 2008

Película 150 # Año 6


Pozos de Ambición
23 y 24 de Octubre/2008
Sala Avenida/Jaraíz
21:00 Horas

DIRECCIÓN

Paul Thomas Anderson

GUIÓN: Paul Thomas Anderson (Novela: Upton Sinclair)

MÚSICA: Jonny Greenwood 

FOTOGRAFÍA: Robert Elswit

REPARTO:  Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Kevin J. O'Connor, Ciarán Hinds, Russell Harvard, Dillon Freasier, Sydney McCallister, David Willis, David Warshofsky, Colton Woodward, Colleen Foy

GÉNERO:  Drama | Histórico. Años 20. Vida rural (Norteamérica)
DURACIÓN: 158 Min   PAÍS: USA    


SINOPSIS

Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta apoderarse de un nuevo yacimiento, tiene que enfrentarse al predicador Eli Sunday (Paul Dano). Adaptación de la novela de Upton Sinclair "Petróleo", escrita en 1927.



¿Quién es quién?

Paul Thomas Anderson (Studio City, California; 26 de junio de 1970) es un director, guionista y productor de cine estadounidense. Ha dirigido cinco largometrajes: Sydney (1996), Boogie Nights (1997), Magnolia (1999), Embriagado de amor (2002), There Will Be Blood (2007)
Anderson ha sido señalado como "uno de los talentos más fascinantes en aparecer en años"​ y uno de los "supremos talentos de hoy en día". Después del estreno de Boogie Nights y Magnolia, Anderson fue catalogado como niño prodigio.​ En 2004, Anderson fue colocado en el número 21 en la lista de los mejores cuarenta directores realizada por The Guardian. En 2007, Total Film lo colocó en el número 20 de los mejores directores de todos los tiempos, mientras que el American Film Institute lo considera como "uno de los maestros modernos del cine estadounidense".

Daniel Day-Lewis (Kensington, Londres, 29 de abril de 1957). Su relación con el cine le viene de nacimiento. Nacido y criado en Londres, asistió con éxito al Teatro Nacional de Jóvenes antes de ser admitido en la prestigiosa escuela de teatro Bristol Old Vic, a la cual asistió por tres años. Su abuelo materno, sir Michael Balcon, era un importante productor del cine británico,​ su padre, Cecil Day-Lewis, era poeta de Isabel II y su madre, Jill Balcon, es una actriz de teatro de origen judío.​ Su carrera empezó con una breve aparición en la película Sunday Bloody Sunday en 1971 cuando era un adolescente. Estudió en Greenwich, Londres, y en Sevenoaks School, Kent, y posteriormente arte dramático en el Bristol Old Vic Theatre School.​

Para cuando dejó Bedales en 1975, la actitud despreocupada de Day-Lewis había disminuido y necesitaba elegir una carrera. A pesar de que se había destacado en el escenario en el National Youth Theatre en Londres, solicitó trabajo como ebanista, pero fue rechazado por falta de experiencia.

Su debut como actor adulto fue un papel corto en la multipremiada película Gandhi en 1982. Posteriormente hizo varios papeles en teatro y para series de la BBC hasta que en 1985 se consagró con dos papeles: uno era el de punky londinense y homófobo que mantiene una relación con un antiguo amigo del colegio en Mi hermosa lavandería y el de un dandy llamado Cecil Vyse en Una habitación con vistas en la que trabajó con muchos de los mejores actores ingleses. Luego le vinieron otras películas como La insoportable levedad del ser con Juliette Binoche hasta que en 1989 le ofrecieron el papel de Christy Brown, un artista irlandés discapacitado en Mi pie izquierdo. Este papel fue el que le dio fama y un Óscar entre numerosos premios y nominaciones como la del Globo de Oro.​

En 1992 realizó una sólida actuación como un blanco renegado criado por indios, Nathaniel, en El último de los mohicanos de Michael Mann junto a Madeleine Stowe que le dio un gran impulso a su carrera.

Con el director irlandés Jim Sheridan, colaboró en otras dos ocasiones, en la película En el nombre del padre, en 1993 sobre el tema de Cuatro de Guildford acusados injustamente de pertenencia al IRA, con Emma Thompson y por la cual consiguió otra nominación al Óscar además de otras nominaciones y premios, y The Boxer en 1997.

Posteriormente realizó La edad de la inocencia en 1993 de Martin Scorsese, El Crisol de 1996 o Gangs of New York de 2002, también de Scorsese y que le proporcionó su tercera nominación al Óscar por su trabajo como Bill el Carnicero.
Participó en una película dirigida por su mujer Rebecca Miller en The Ballad of Jake and Rose, la vida de un padre con enfermedad terminal y pasado hippie y su hija en lo que quedó de una comuna creada por aquel movimiento en los 70.


Y me parece a mi

CINE

He aquí una película que ya ha conseguido aquello que buscamos quienes jugamos a escribir críticas: que nos quieran y, si no es mucha molestia, pasar a la posteridad. Este Pozos... de Anderson es ya un clásico, que lo será lógicamente más cuando se siga viendo (supongo que en cinco dimensiones) dentro de trescientos años, si es que la ambición (rastrera) de los terrícolas no acaba con el planeta.

Un gran director (Paul Thomas Anderson) y un gran actor (Daniel Day-Lewis) se pusieron de acuerdo para aparecer en los libros que hablan del CINE y se valieron de una historia de petróleo, religión o superstición, avaricia, soledad... más una serie de carencias afectivas y poderosas afinidades (crueldad, odio, afán depredador...) para hacerlas tangibles, y untuosas, para vestir con carne y hueso el alma de algunos elegidos de la América profunda, pioneros de la industrialización y base de los valores del triunfador capitalista de nuestros días.

Creo que es una de las grandes porque a lo largo del tiempo pasará ante los ojos de amantes y detractores y en todos dejará huella. Algunos ni siquiera sabrán qué huella es y porqué permanece indeleble. Son las ventajas que el buen cine tiene por pactar y colaborar con duendes, magos y diablillos.
Jaht 
Tal como éramos