Ciclo de la Mujer / 2023
Adam
Miércoles 15 de Marzo/2023
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas
DIRECTORA
Maryam Touzani
GUION: Maryam Touzani, Nabil Ayouch
FOTOGRAFÍA: Virginie Surdej
REPARTO: Lubna Azabal, Nisrin Erradi, Douae Belkhaouda, Aziz Hattab, Hasnaa Tamtaoui
GÉNERO: Drama | Amistad. Familia
DURACIÓN: 98 Min.
PAÍS: Marruecos
SINOPSIS
Abla regenta una humilde pastelería en su propia vivienda de Casablanca,
donde vive sola con Warda, su hija de 8 años. Su rutina, dictada por el
trabajo y las labores domésticas, se ve un día interrumpida cuando
alguien llama a su puerta. Se trata de Samia, una joven embarazada que
busca empleo y techo. A la pequeña le atrae la recién llegada desde el
primer momento, pero la madre se opone inicialmente a acoger a la
extraña en su casa. Poco a poco, sin embargo, la determinación de Abla
va cediendo y la llegada de Samia les abre a las tres la posibilidad de
una nueva vida.
¿Quién es quién?
Maryam Touzani (Tánger, 18 de julio de 1980), es una documentalista, guionista, actriz y realizadora marroquí.
Nació el 18 de julio de 1980 en Tánger y pasó su infancia en su ciudad natal antes de seguir sus estudios en Londres donde en 2003 se graduó en comunicación y periodismo. Tenía 23 años cuando regresó a su casa en Tánger. Empezó a trabajar en el periodismo cultural. En 2008 escribió el guion y dirigió un documental sobre el primer Día Nacional de las Mujeres en Marruecos.
En 2019 dirigió su primer largometraje, Adam en la que denuncia la
situación de "ilegalidad" de las mujeres solteras embarazadas en
Marruecos y la exclusión social de las viudas que no quieren volver a
casarse. La película fue seleccionada para el Festival de Cine de Cannes en la sección 'Un Certain Regard'. Compitió por el Queer Palm Award, y en el 12° Festival International du Film Francophone de Namur de Angoulême. Fue seleccionada por Marruecos como candidata a los Oscar para competir como Mejor película de habla no inglesa en los 92º Premios de la Academia.
Un recuerdo especial al coguionista de esta estupenda denuncia cinematográfica que proyectamos hoy. Hace ya siete años nos trajo, como director, la enorme: Los caballos de Dios (Les chevaux de Dieu); su nombre es Nabil Ayouch y ha colaborado con Maryam Touzanie en otros proyectos como Much Loved (2015) o Razzia (2017), donde ella fue la actriz protagonista.
Y aunque solo fuera por ver a la gran actriz internacional Lubna Azabal (Bruselas-1973), belga de origen marroquí y español, vuestra presencia en la Sala Avenida estaría más que justificada. Decidme acaso si no recordáis sus apariciones, en nuestro Cineclub, para interpretar películas como: Exils (Tony Gatlif), Paradise Now (Hany Abu-Assad) e Incendies (Denis Villeneuve).
Y me parece a mi
Cuando todas las decisiones conducen a un callejón
Con dos interpretaciones como las de Lubna Azabal y Nisrine Erradi (debutante), acompañadas por la naturalidad de la niña Douae Belkhaouda, la ópera prima de Maryam Touzani tiene andado medio camino.
Quien ha avanzado muy poco aún, en lo que respecta al buen trato e igualdad de las mujeres, es la sociedad marroquí que sigue discriminando brutalmente, sobre todo, a las madres solteras que son repudiadas por sus propias familias.
Samia, en sus últimos días de embarazo, patea las calles de Casablanca y es auxiliada por una pastelera que atraviesa días difíciles junto a su pequeña. Pero está claro que en el reino alauita solo una mujer puede ayudar a otra y el futuro de esta nación, como el de otras muchas, pasa porque sean conscientes de que solo ellas pueden cambiar, para mejor, un mundo más que injusto con los débiles.
La directora, ayudada en el guión y la producción por Nabil Ayouch que ganó en Valladolid (Los caballos De Dios-2012), nos hace empatizar y sufrir con Abla, Samia y Warda y coloca en nuestras manos una bandera más que airear, de revoluciones pendientes. Labor encomiable, esta de las denuncias sociales, que lideran las gentes del cine, ante el cómodo silencio de otros intelectuales y periodistas; que no hacen ascos, en ocasiones, a formar parte de la canalla asalariada, y bendicen esa red de falsedades que tejen los poderosos para negar la evidencia.
Con dos interpretaciones como las de Lubna Azabal y Nisrine Erradi (debutante), acompañadas por la naturalidad de la niña Douae Belkhaouda, la ópera prima de Maryam Touzani tiene andado medio camino.
Quien ha avanzado muy poco aún, en lo que respecta al buen trato e igualdad de las mujeres, es la sociedad marroquí que sigue discriminando brutalmente, sobre todo, a las madres solteras que son repudiadas por sus propias familias.
Samia, en sus últimos días de embarazo, patea las calles de Casablanca y es auxiliada por una pastelera que atraviesa días difíciles junto a su pequeña. Pero está claro que en el reino alauita solo una mujer puede ayudar a otra y el futuro de esta nación, como el de otras muchas, pasa porque sean conscientes de que solo ellas pueden cambiar, para mejor, un mundo más que injusto con los débiles.
La directora, ayudada en el guión y la producción por Nabil Ayouch que ganó en Valladolid (Los caballos De Dios-2012), nos hace empatizar y sufrir con Abla, Samia y Warda y coloca en nuestras manos una bandera más que airear, de revoluciones pendientes. Labor encomiable, esta de las denuncias sociales, que lideran las gentes del cine, ante el cómodo silencio de otros intelectuales y periodistas; que no hacen ascos, en ocasiones, a formar parte de la canalla asalariada, y bendicen esa red de falsedades que tejen los poderosos para negar la evidencia.
Jaht
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