sábado, 5 de diciembre de 2020

Película 523 # Año XVIII



El Huevo del Dinosaurio

(Öndög)

Miércoles 9 de Diciembre/2020

Sala Avenida / Jaraíz

20:30 Horas 


 

 

DIRECTOR

Wang Quan'an

GUIÓN: Wang Quan'an

FOTOGRAFÍA: Aymerick Pilarski

REPARTO:  Dulamjav Enkhtaivan, Aorigeletu, Norovsambuu, Gangtemuer Arild 

GÉNERO: Drama

DURACIÓN: 100 Min.

PAÍS: Mongolia





SINOPSIS

Una mujer es hallada asesinada en la estepa de Mongolia. Durante una noche, un policía joven e inexperto tiene que custodiar la escena del crimen. Dado que desconoce los peligros del lugar, le envían a una pastora lugareña para protegerle a él y al cadáver. Se trata de una resuelta mujer, de unos treinta y tantos años, que sabe cómo manejar un rifle y ahuyentar a los lobos. Ella se encarga de encender una hoguera para combatir el frío. El alcohol también ayuda a este propósito, así como la cercanía de los cuerpos que la mujer propicia.

 



¿Quién es quién?

Wang Quan'an (n. en Shanxi, China; 1965) es un guionista, director y actor de cine.

Actualmente es uno de los directores y guionistas más importantes e influyentes en el mercado cinematográfico chino, abriéndose puertas a la vez en el ámbito internacional. En su cine se refleja la línea que siguen los denominados directores de la Sexta Generación de directores chinos.
 La "Sexta Generación" es el nombre concedido a un grupo de directores chinos que se graduaron en la Academia de Cine de Beijing y el Instituto Central de Drama a finales de los años 80 y la década de 1990, que incluyen a Wang Xiaoshuai, Lou Ye,
Lu Xuechang, Zhang Yuan, Guan Hu, Li Xin y Jia Zhangke.

La atención de estos directores hacia la sociedad contemporánea y su sorprendente estilo personal les distinguió de la Quinta Generación, encabezada por Zhang Yimou y Chen Kaige.

Como seguidor de este movimiento, Wang Quan’an refleja en sus películas la realidad social china, muchas veces de forma dramática y un poco exagerada. Habla de clases bajas, pone de manifiesto la problemática de la modernización en el país. Habla de la vida de gentes, sobre todo de las mujeres, lo cual le inspira mucho, como por ejemplo en películas como La Boda de Tuya (2006), recordada con gran aprecio por los seguidores del Cineclub, o Fuego de Fénix (2008).
 
Es la primera película que bajo bandera de Mongolia proyecta el Cineclub, porque si bien toda La boda de Tuya transcurre por estas tierras, es de capital chino; y El perro mongol (Pel. 110), documental de Byambasuren Davaa, muy celebrado también en El Gallinero era producción alemana.
 
 

 Bueno es que sepamos algo más sobre este remoto territorio:
  
Mongolia es un país soberano, sin acceso al mar, situado entre las regiones de Asia Oriental y Asia Central. Limita con Rusia al norte y con China al sur. Su capital es Ulán Bator, en donde reside la mitad de la población total.

Esta nación tiene sus raíces en el antiguo Imperio mongol, que dominó gran parte de Asia durante el siglo XIII. Posteriormente perdió su independencia al ser asimilado por Manchuria, desde finales del siglo XVII hasta 1911, año en que recuperó brevemente su independencia, luego en 1919 las tropas chinas ocuparon su capital. En 1921, con la ayuda de la Unión Soviética, volvió a independizarse y tres años más tarde, en 1924, se proclamó la República Popular de Mongolia, adoptando políticas comunistas, considerándose un estado satélite de la Unión Soviética.​ 
Tras la disolución de la URSS en 1991, Mongolia aprobó en 1992 una constitución liberal que marcó la transición a la democracia representativa, cambiando el país a su nombre actual.

Es el decimonoveno país más grande, con 1 564 116 kilómetros cuadrados,​ pero también el menos densamente poblado del mundo: el país está dominado por estepas y montañas al norte y oeste, y el desierto de Gobi al sur. De los 3,1 millones de habitantes, existe una alta tasa de nómadas y seminómadas, que ronda un 30%. 
Un 90% de los habitantes son de la etnia mongol, con una minoría de etnias túrquicas como el kazajo. El budismo tibetano es la religión mayoritaria del país, siendo junto con Bután las únicas naciones independientes donde esta religión es predominante.    





Y me parece a mi

Las mujeres son los árboles de la estepa

La sencillez elevada a la máxima potencia. Cuando hay tanta verdad y naturalidad, los artificios, e incluso los guiones, sobran. Rechinarían de forma desagradable en la historia que nos propone Wang Quan’an, director chino de orígen mongol, que ya situó por estas latitudes esteparias “La boda de Tuya”, triunfadora en Berlín 2006.
Con una cámara objetiva y unos actores que no lo son, es suficiente para mostrar una manera de vivir que se nos antoja envidiable a quienes estamos sumergidos en el mar de las prisas y perdidos en el laberinto de las imposibles satisfacciones.

Un cadáver en medio de ninguna parte, rebaños de ovejas y de durísimos caballitos, un camello gigantesco que sirve de montura y de pared, profundas amistades de una noche, una mujer que hunde sus raíces en el último día de los dinosaurios y aspira a prolongarse en el tiempo haciendo fértiles los huevos petrificados, un centauro con ruedas zigzagueando por las inmensas llanuras heladas, policías desarmados, pocas palabras, muchas miradas, corazones parados con la mano, nacencias a golpe de un soplido... Solo vida, entre unos amaneceres que hielan la sangre y unos atardeceres que encienden a lo lejos las hierbas blancas; ambos salvajes, ambos gemelos.

Disfruta de la filosofía de un pueblo que se resiste a ser extinguido y al que aún le sobran tiempo y generosidad para darnos unas clases de sabiduría y coherencia.
Jaht







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