jueves, 3 de marzo de 2022

Película 590 # Año XIX

Destello Bravío

Jueves 3 de Marzo/2022

Sala Avenida / Jaraíz

20:30 Horas


DIRECTORA

Ainhoa Rodríguez
 
GUION: Ainhoa Rodríguez
 
MÚSICA:  Paloma Peñarrubia, Alejandro Lévar
 
FOTOGRAFÍA: Willy Jauregui
 
REPARTO: Guadalupe Gutiérrez, Carmen Valverde, Isabel María Mendoza
 
GÉNERO:  Drama. Comedia. Fantástico | Realismo mágico 
 
DURACIÓN: 108 Min.
 
PAÍS: España
 
 
 
 
SINOPSIS 
 
"Va a pasar un destello bravo, bravío, y todo va a cambiar...", Isa se habla a sí misma dejándose mensajes en su grabadora para cuando desaparezca o pierda la memoria. Cita se siente atrapada en un matrimonio en una casa llena de santos y vírgenes. María regresa a la población donde nació para enfrentarse a su soledad. Las mujeres de una pequeña localidad rural, suspendida en el tiempo y azotada por la despoblación, viven entre la apatía de su día a día donde nada extraordinario ocurre y un profundo deseo de experiencias liberadoras que les hagan reencontrarse con el lugar donde fueron felices o soñaron serlo.
 

 ¿Quién es quién?
 

Ainhoa Rodríguez (1982), es una directora de cine, docente, productora y guionista española.

Ainhoa es doctora en Teoría y Análisis Cinematográfico por la Universidad Complutense de Madrid; posee el Diploma de Estudios Avanzados en las áreas de Comunicación audiovisual y publicidad. También es licenciada en Comunicación Audiovisual (UCM) y diplomada en Dirección de Cine y Realización de TV (TAI). La revista "Variety" la ha destacado como una de las diez cineastas emergentes a propósito del European Film Market de la Berlinale 2021.
 
Su primer largometraje, Destello bravío, fue premiado en el Festival de Málaga 2021 alzándose con la Biznaga de Plata Premio del Jurado y la Biznaga de Plata Mejor Montaje dentro de la Sección Oficial. Además, obtuvo el Premio Dunia Ayaso en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el de Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Burgas (Bulgaria), así como Mejor Película en el Shorts de Trieste (Italia).

DECLARACIÓN DE INTENCIONES DE LA DIRECTORA: 
 
No puede haber sólo una forma de hacer cine, esa lógica es todo lo contrario del arte. Hacer cine implica posicionarte políticamente y asumir una ideología. No hay que creer nunca a los que dicen que su cine no tiene nada que ver con la política. Si haces una película comercial, con acento supuestamente neutro, con rostros normativos e ideas banales, todo eso es política.
 

 Y me parece a mi
 
La difícil huida de la propia condición

¿Qué se puede hacer en un pueblo extremeño, perdido en un páramo, en el que los hombres son una prolongación sarmentosa del trabajo duro, embrutecedor y baldío; y sus mujeres e hijas esclavas de ilusiones tan longevas como una mosca efímera? Ninguno de ellos es dueño de su destino: la falta de riqueza de sus tierras, sus ancestrales y estériles tradiciones, sus propias discapacidades...; todos inmersos en la agonía que provoca la despoblación. Ellas, más reflexivas, maquinan aún una escapatoria, aunque sea fantasiosa. A ellos ya se les ha solidificado la materia gris.

La creadora novel presenta un descorazonador retrato de los estertores de las aldeas abandonadas y de sus olvidados lugareños, aunque lo haga en un tono no exento de cierta jocosidad. Algo hay de realismo mágico, pero yo percibo como negra esa magia; tal vez como gesto desesperado, ya que las procesiones nunca cambiaron nada.
Isa, Cita, María..., aferran el clavo ardiendo del "destello bravío" antes de precipitarse por el cercano abismo de la resignación.

Sin duda, valiente la primera propuesta de Ainhoa Rodríguez, sacrificando cuota de audiencia por principios artísticos.
Jaht
 

 
 
 

1 comentario:

  1. El Granjero3/3/22, 13:22

    Julia Rebato, que ha estado bregando durante nueve años para poner en pie un proyecto musical e histórico sobre la existencia e importancia del grupo Las Chillers, nos habló de la lucha por visibilizar el poder de uno de los colectivos más ninguneado, posiblemente, de nuestra sociedad. No solo por el hecho de ser mujeres; también por la osadía de llevar fuera del traje, y a mucha honra, la etiqueta de lesbianas.

    En una noche que invitaba a la proximidad, buscando el calor de los pocos, Julia nos relató también la dura existencia, para un creador-trabajador del arte, en un país que cuida escasamente su cultura y que está muy lejos de romper esos techos de cristal que siguen asfixiando la igualdad y el progreso.

    No llegamos a veinte, y esta joven amable, reflexiva y cargada de buenas intenciones, hubiera merecido el aplauso de la multitud.


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