La Maldición del Escorpión de Jade
(The Curse of The Jade Scorpion)
Jueves 28/Viernes 29 - Marzo/2002
Sala Avenida-Jaraíz
21:00 Horas
DIRECTOR
Woody Allen
GUIÓN: Woody Allen
FOTOGRAFÍA: Zhao Fei
REPARTO: Woody Allen, Helen Hunt, Dan Aykroyd, Charlize Theron, Brian Markinson, David Ogden Stiers, Elizabeth Berkley, John Doumanian, Wallace Shawn, John Tormey, Philip Levy, Dan Moran, John Schuck, Kaili Vernoff, Peter Gerety
GÉNERO: Comedia. Intriga | Magia. Años 40
DURACIÓN: 103 Min.
PAÍS: USA
SINOPSIS
Años cuarenta. C.W. Briggs (Woody Allen), considerado el mejor investigador de una compañía de seguros de Nueva York, se lleva fatal con Betty Ann (Helen Hunt), una implacable ejecutiva que ha venido a optimizar los recursos de la compañía y que, además, está liada con el jefe (Dan Aykroyd). Para celebrar un cumpleaños, los empleados de la empresa acuden a ver un espectáculo de magia, en el que C.W. y Betty Ann se someten a una sesión de hipnosis. A partir de ese momento, se producen unos misteriosos robos que traen de cabeza a la agencia de seguros.
Y me parece a mi
Encontrarse entre Constantinopla y Madagascar
Visto desde fuera, sin la carga dramática
de nuestra propia implicación en el día a día y en la lucha por
sobrevivir, el mundo es un lugar repleto de situaciones cómicas; y Woody
Allen un verdadero experto en encontrarlas.
En este caso, el personaje que él mismo interpreta (C.W. Briggs), es un sabueso diestro en averiguaciones y, por tanto, apreciado en su trabajo dentro de una aseguradora neoyorquina; aunque sus éxitos se basan poco en las capacidades científicas y análisis juiciosos. Sus aciertos tienen más que ver con el azar, el caprichoso destino y lo chapuceros que son los presuntos delincuentes o usuarios tramposos.
El mismo hacedor de futuros inextricables quiso que, una noche de celebraciones, el veterano asalariado de North Coast, compartiera escenario e hipnosis, con la nueva y odiosa ejecutiva agresiva, la señorita Betty. Lo que se derivó de este inocente entretenimiento modula el resto de la trama y la existencia inmediata de sus protagonistas.
La complicidad que mantenemos los seguidores de Allen convierte su inteligente verbosidad, sobre todo en el personaje que habitualmente es su alter ego, en música para nuestros oídos; aunque seamos conscientes de que muy pocas veces, o nunca, encontraremos seres con agilidad mental semejante. Por eso también le perdonamos errores o inexactitudes que no admitiríamos en otros creadores. Y aunque esta comedia, ubicada en la década de 1940, resulte precipitada en ocasiones y engarce con frágil hilatura algunas ideas del guión, nos sigue pareciendo original y apreciable, pese a que el propio director tuviera en su momento reservas en cuanto al resultado final de la obra.
Los más curiosos deben saber que Woody Allen trabajó como mago en sus inicios, de ahí que esta faceta del espectáculo y sus diferentes disciplinas aparezcan en más de una de sus películas: Alice, Edipo reprimido, Scoop y Magia a la luz de la luna. El espíritu fantástico también está recogido en otras, como: Sombras y niebla, La rosa púrpura de El Cairo, Midnight in París...
En este caso, el personaje que él mismo interpreta (C.W. Briggs), es un sabueso diestro en averiguaciones y, por tanto, apreciado en su trabajo dentro de una aseguradora neoyorquina; aunque sus éxitos se basan poco en las capacidades científicas y análisis juiciosos. Sus aciertos tienen más que ver con el azar, el caprichoso destino y lo chapuceros que son los presuntos delincuentes o usuarios tramposos.
El mismo hacedor de futuros inextricables quiso que, una noche de celebraciones, el veterano asalariado de North Coast, compartiera escenario e hipnosis, con la nueva y odiosa ejecutiva agresiva, la señorita Betty. Lo que se derivó de este inocente entretenimiento modula el resto de la trama y la existencia inmediata de sus protagonistas.
La complicidad que mantenemos los seguidores de Allen convierte su inteligente verbosidad, sobre todo en el personaje que habitualmente es su alter ego, en música para nuestros oídos; aunque seamos conscientes de que muy pocas veces, o nunca, encontraremos seres con agilidad mental semejante. Por eso también le perdonamos errores o inexactitudes que no admitiríamos en otros creadores. Y aunque esta comedia, ubicada en la década de 1940, resulte precipitada en ocasiones y engarce con frágil hilatura algunas ideas del guión, nos sigue pareciendo original y apreciable, pese a que el propio director tuviera en su momento reservas en cuanto al resultado final de la obra.
Los más curiosos deben saber que Woody Allen trabajó como mago en sus inicios, de ahí que esta faceta del espectáculo y sus diferentes disciplinas aparezcan en más de una de sus películas: Alice, Edipo reprimido, Scoop y Magia a la luz de la luna. El espíritu fantástico también está recogido en otras, como: Sombras y niebla, La rosa púrpura de El Cairo, Midnight in París...
Jaht
Tal como éramos
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Cacareos
