La Revolución Bailando
Miércoles 2 de Marzo/2022
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas
SINOPSIS
Documental que recorre la historia de Las Chillers, un grupo musical referente del underground madrileño y de la defensa de los derechos LGTBIQ+. Son seis mujeres que se juntaron con el fin de divertirse y pasárselo bien y que acabaron liderando una revolución a golpe de música, amor libre y buen rollo. Decidieron hacer la revolución bailando y lanzar un mensaje feminista y libre. Su compromiso activista y la circunstancia política y social que existía les dio el impulso para convertirse en artistas.
Todo el mundo se merece un descanso. Hasta los miembros del congreso se lo toman de vez en cuando, nos guste o no. Al igual que gestionar un país debe ser complicado. Por eso, hemos decidido marcarnos un Justin Bieber y tomarnos un respiro de la música. Como dice Espe, “estamos muy cansadas después de 70 conciertos en tres años, así que nos vamos un tiempo a cuidar de nuestros gatos”
Tras largas giras por salas y festivales de todos los rincones de nuestro país, hemos decidido hacer un parón para dedicarnos a nuestros proyectos personales. Más de cinco años y muchos directos, amigos, experiencias y recuerdos. Conciertos de esos en los que no puedes dejar de bailar y dejan secuelas de agujetas por todo el cuerpo.
En estos años, Las Chillers hemos intentado no dejar a nadie indiferente con nuestta interminable lista de canciones míticas, placeres culpables e himnos cañí que hacen vibrar a aquellos que han podido vernos actuar en directo. El año que viene haremos una pequeña gira de despedida en 2020, donde os intentaremos dar un ‘Hasta luego” como Dios manda."
El PP tildó la actuación de “irrespetuosa y erótica”. ¿Esperaban esta reacción?
No esperábamos un revuelo a este nivel, más que nada porque es un gesto que hacemos desde hace tres años después de cantar Como yo te amo
de Rocío Jurado. Nos ha sorprendido que la gente se escandalice porque
enseñe las tetas. Sobre todo, porque el concierto empezó a la 1:00 AM y
el "momento teta" fue a la 1:30. Probablemente a esas horas de la noche
tengan puesto en la televisión programas más bestias. A mí me parece
mucho peor pincharte heroína en una barra de un bar que enseñar las
tetas.
¿Dirían que es activismo feminista?
Nosotras hacemos feminismo desde que nos ponemos una guitarra y nos subimos al escenario, aunque bueno hacemos feminismo desde que nos levantamos de la cama… Desde jóvenes hemos estado en colectivos y, además, vivimos libres haciendo lo que nos gusta y apetece. Eso ya es feminismo. Mucha gente dice que nos hemos subido al carro del feminismo y que lo utilizamos para vender entradas, pero no, no nos subimos al carro, lo empujamos.
¿Cómo definirían el estilo de Las Chillers?
"En un principio, hacíamos 'chonismo 'ilustrado', después pasamos al 'chenoismo ilustrado' y ahora pues hacemos 'teta ilustrada'"Nostalgia verbenera. Intentamos versionar canciones que hayan formado parte de una etapa para nosotras y también para el público, por supuesto. Lo bueno que tiene la verbena es que te ayuda a superar cosas y pese que haya letras tristes los ritmos son bailables.
También nos gusta decir que nuestras versiones son placeres culpables porque son temas que a los que la gente le cuesta reconocer que les gustan y luego lo dan todo.
Nosotras, en un principio, hacíamos chonismo ilustrado, después pasamos al chenoismo ilustrado y ahora pues hacemos teta ilustrada. O tetismo. O el teta challenge, como nos han dicho varias personas. -Entre risas-.En su repertorio pasan de temas de La Casa Azul a canciones de Camela. ¿Qué tiene que tener una canción para que la versionen Las Chillers?
Hay batallas y peleas en el barro a veces para ponernos de acuerdo. Pero hay canciones universales que cualquiera que las escuchan tienen una sensación, por ejemplo, Flying Free.
Otra de sus luchas es el colectivo LGTBI. ¿Es más difícil entrar en la música al ser homosexuales?
Al ser mujer, claro. Los hombres homosexuales lo tienen más fácil, la mujer como siempre detrás en todo. Dentro del colectivo hay una discriminación absoluta, pero ¿cómo no van a tener ellos más facilidades si lo único que tiene visibilidad es el patriarcado?
JULIA REBATO ( 28/12/1986) es directora, guionista, productora y actriz. Cuando tuvo uso de razón decidió estudiar interpretación, pero aún no se sentía completa así que combinó la interpretación con la escritura de poemas, relatos y guiones. Todos ellos reflexionando sobre la vida, el amor, la traición y la muerte, temas recurrentes en su obra. Durante las prácticas de arte dramático descubrió el aspecto técnico de este mundo, algo que le apasionó tanto que comenzó a estudiar dirección y dejó aparcada la interpretación, pues lo que realmente le apasiona es contar historias. Entre sus obras como directora teatral se encuentra una versión libre de “Esperando a Godot” titulada:“Godot en el Congreso” » Toi et Moi».
En el cine muestra obras de carácter más intimista y con pinceladas autobiográficas como sus cortometrajes «Después», también dirige thiller como » TID» Y comedia gamberra «Free Parking, no problem» . Ahora esta preparando su primer largometraje «Madrid, me gustas» y en la pre-producción de su ópera prima como guionista «Traidores»
Como lágrimas en la lluvia
No llegamos a veinte, contando a la propia Julia y a su amigo Toni que la acompañó en la presentación de su documental en la Sala Avenida.
Julia Rebato, que ha estado bregando durante nueve años para poner en pie un proyecto musical e histórico sobre la existencia e importancia del grupo Las Chillers, nos habló de la lucha por visibilizar el poder de uno de los colectivos más ninguneado, posiblemente, de nuestra sociedad. No solo por el hecho de ser mujeres; también por la osadía de llevar fuera del traje, y a mucha honra, la etiqueta de lesbianas.
Lo que significó, y el ostentoso hueco que la formación underground quedó tras su despedida, dicen mucho del largo camino que tenemos por delante y, desgraciadamente, de lo pronto que tardan en deshacerse las nieves que los más optimistas creían perpetuas.
En una noche que invitaba a la proximidad, buscando el calor de los pocos, Julia nos relató también la dura existencia, para un creador-trabajador del arte, en un país que cuida escasamente su cultura y que está muy lejos de romper esos techos de cristal que siguen asfixiando la igualdad y el progreso.
No llegamos a veinte, y esta joven amable, reflexiva y cargada de buenas intenciones, hubiera merecido el aplauso de la multitud.