La (Des)educación de Cameron Post
(The Miseducation of Cameron Post)
Miércoles 18 de Noviembre / 2020
Sala Avenida / Jaraíz
20:30 Horas
SINOPSIS
1993, Cameron Post (Chloë Grace Moretz) parece la adolescente la perfecta y popular chica de instituto. Pero cuando la pillan en el asiento trasero de un coche con otra chica la noche del baile de graduación, su familia no duda en mandarla inmediatamente a un centro de terapia de conversión especializado en adolescentes “con problemas de atracción por el mismo sexo”. Una vez allí, Cameron se ve sometida a una disciplina extravagante, a
dudosos métodos “contra-gay” y a entusiastas canciones de rock cristiano. Sin embargo, Cameron entrará allí en contacto con personas como ella por primera vez en su vida y encuentra un lugar entre sus compañeros marginados.
Desiree Akhavan (1984) es una directora de cine, productora, guionista y actriz,. Nació y se crio en Nueva York, de padre iraníes.
Desde niña, Akhavan creció aprendiendo sobre la cultura americana a través del visionado de series de televisión y películas. Empezó a escribir obras desde los 10 años y a actuar desde los 13. En su juventud quiso trabajar en el teatro pero más tarde decidió estudiar cine para poder tener más control sobre el contenido de las obras.
Akhavan se identifica a sí misma como una mujer bisexual.
Ha interpretado el papel de una estudiante en la cuarta temporada de la serie Girls.
En 2014 Akhavan dirigió su primera película Comportamiento Apropiado, donde juega una versión alternativa de sí misma. Fue premiada en el festival de cine de Sundance.
Ha declarado que algunas de sus inspiraciones son: Woody Allen, Todd Solondz, y Noah Baumbach.
La popular Chloë Grace Moretz (Atlanta, Georgia; 10 de febrero de 1997) es la elegida para interpretar a Cameron Post. Algunos la recordaréis por títulos como: Déjame entrar, la versión americana dirigida por Matt Reeves (2010), o La invención de Hugo (Scorsese-2011).
Porque es el caso que una simpática y dicharachera jovencita yanqui, hace poco más de veinte años, descubrió, antes de su puesta de largo (Sweet Sixteen), que a ella lo que le gustaban eran las mujeres, que disfrutaba mucho de su compañía y que comparativamente lo único que aportaba su novio oficial era aburrimiento y desasosiego. ¡Anatema!, gritaron quienes la querían e hicieron todo lo que estaba en sus manos para devolverla al buen camino, ¡el de la corrección!
Es el tipo de cine que tendría que servir de terapia a los inquisidores. En las democracias reales, si existieran, la sanidad pública debería recetar películas como esta a los homófobos. Imaginadlos atados a una silla, con cables que salen del gorro que abarca todo su cráneo rapado, rodeados de neurólogos y psiquiatras; con los ojos bien abiertos, enfrente la pantalla, sin pestañeo, mientras alguien con bata blanca echa gotas y les alecciona rítmicamente: es todo por vuestro bien no caca, pensad que lo pasan divinamente; mejor que vosotros por cierto, que estáis diagnosticados como reprimidos e inmaduros sexuales, si cumplís con el tratamiento algún día seréis tan felices como ellos.
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