El Cielo Gira
Miércoles 15/Jueves 16-Febrero 2006
Sala Avenida/Jaraíz
21:00 Horas
SINOPSIS
Premiada mezcla de drama y documental que relata la vida cotidiana de los últimos y ancianos habitantes de una pequeña aldea de un pueblecito de España; En Aldealseñor, un pequeño pueblo de los páramos altos de Soria, quedan hoy 14 habitantes. Son la última generación, después de mil años de historia ininterrumpida. Hoy, la vida continúa. Dentro de poco, se extinguirá sin estrépito y sin más testigos. Los vecinos de Aldealseñor y el trabajo del pintor Pello Azketa comparten algo en común: las cosas han comenzado a desaparecer delante de ellos. La narradora vuelve a su origen y asiste a ese final al tiempo que intenta recuperar una imagen primera del mundo, de la infancia.
Nació en Aldeaseñor, un pequeño pueblo de Soria donde fue la última persona en nacer y del que marchó con su familia a los tres años. Esa experiencia la recogió en El cielo gira (2004). Marcharon a Pamplona y se licenció en Psicología por la Universidad del País Vasco, luego trabajó durante siete años en TVE en Navarra.
Comenzó su labor de cineasta con El viento africano (1997), un cortometraje que muestra la vida amable y distendida en el interior de una peluquería de caballeros en un caluroso mes de agosto español. Las conversaciones giran en torno a la ola de calor.
Tomó parte en el Master de Documental Creativo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Trabajó como editora en la película de José Luis Guerín En construcción.
Pello Azketa es un pintor navarro nacido en Pamplona el 13 de abril de 1948. En sus primeros años fue uno de los pintores del grupo conocido como Escuela de Pamplona, del que formarían parte artistas como Pedro Salaberri, Xabier Morrás, Pedro Osés, Joaquín Resano, Mariano Royo y de manera más discutible Juan José Aquerreta. Artistas todos ellos de una misma generación que en la década de los 70, poco antes de que Pamplona acogiera los Encuentros del 72 (Uno de los eventos vanguardistas más importantes de la década a nivel nacional), conocían el arte que llegaba de Europa con movimientos tan refrescantes como el pop, que ellos supieron unir a una pintura ligada a la ciudad, a la naturaleza y a la sociedad de la España de entonces.
Tal como éramos
Y me parece a mi
La memoria sigue anidando en las torres sin campanas, en los huertos sin cultivo, en los bailes sin música...: pero las paladas de tierra no cubren el frenesí de la vida que ni siquiera pertenece ya a quienes lo provocaron. Se siente en el aire y en el ruidoso silencio. Todo lo bueno sigue ahí. ¡Como si nos pudiéramos permitir prescindir de la felicidad que impregnó calles y rincones! ¿A quién le sobra la alegría?
Quedar a las aldeas al cargo de los abuelos, huérfanas de hijos y nietos, no solo es una canallada cruel; es también una pésima idea. Justo en el momento en que la deshumanización galopante está pidiendo a gritos volver a las esencias: afectos próximos, naturaleza, ganadería sostenible, alimentos sanos... Justo en el momento en que en nuestro país los políticos llenan sus alforjas con votos pidiendo atención (simulada) para la España vaciada.
El gran valor de este documental de Mercedes Álvarez, que fue la última nacida en este simpático villorrio de Soria, es hacernos partícipes a todos los millones que procedemos de las zonas rurales, de la suerte que hemos tenido de poder disfrutar de días plenos de luz y horas que corren lentas, de paz interior, de comunión con las cosas que importan (cielo, agua y tierra). Lo afortunado que somos por haber tratado con gentes como Antonino, José, Sara, Silvano o Cirilo.
La sensibilidad y aprecio que transmite en "El cielo gira" nos cala tan hondo por la autenticidad de sus sentimientos que se funden con los nuestros.
¡Ójala aprendamos!, no de los catedráticos urbanitas, si no de los sabios rústicos y apacibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario