Programación de cine itinerante por núcleos rurales extremeños en colaboración con CineClub "El Gallinero"
El Maestro que Prometió el Mar
(El mestre que va prometre el mar)
Jueves 15 de Febrero/2024
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas
SINOPSIS
Ariadna (Laia Costa) descubre que su abuelo busca desde hace tiempo los restos de su padre, desaparecido en la Guerra Civil. Decidida a ayudarlo, viaja a Burgos, donde están exhumando una fosa común en la que podría estar enterrado. Durante su estancia allí, conocerá la historia de Antoni Benaiges (Enric Auquer), un joven maestro de Tarragona que antes de la guerra fue profesor de su abuelo. Mediante un innovador método pedagógico Antoni inspiró a sus alumnos y les hizo una promesa: llevarlos a ver el mar.
Su corto ‘Café para llevar’ recibió el Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción en 2015. Ha trabajado para varias series televisivas (Citas, La templanza, Deudas, Moebius...) y suyo es el largometraje de 2019: Gente que viene y bah
Enric Auquer Sardà (Rupiá, Bajo Ampurdán, Gerona-1988) es un actor, ganador del Premio Goya al mejor actor revelación por su interpretación en la película Quien a hierro mata (2019). Ha estado nominado como Mejor Actor en los 38 Premios Goya que acaban de tener lugar este fin de semana, precisamente por la película que nos ocupa; y ya estuvo en el Cineclub con la obra de Isaki Lacuesta: Un año, una noche
Saltó a la fama por protagonizar la película alemana Victoria (2015). En 2023 ganó el Goya a la mejor actriz protagonista por Cinco lobitos, y en 2024 fue nominada de nuevo en esta categoría por Un amor, que ha pasado hace poco por El Gallinero. Ha rodado proyectos en España, Alemania, Rusia, Argentina, Reino Unido y Estados Unidos.
Antoni Benaiges (Enric Auquer) fue uno de aquellos enseñantes, desenterrado del silencio, que prendió semillitas en los corazones de las inocentes criaturas de Bañuelos de Bureba (Burgos), hasta que llegaron (nunca se habían ido muy lejos) los del adoctrinamiento único y verdadero: caciques, iglesia, militares y falangistas.
El maestro catalán (¡encima!) bebía los aires de la Institución Libre de Enseñanza y seguía las técnicas de Célestin Freinet, pedagogo francés, que huía de los corsés educativos y gustaba de nadar en las pacíficas aguas del idealismo.
- ¡Solo faltaba!, ¡como si en España, una nación temerosa de Dios, tuviera que decirnos un franchute ateo cómo impartir las clases! -clamaron las familias de bien y sus guías espirituales-
Y entre discusiones varias estalló el verano de 1936, momento en que el bueno de Antoni había preparado una excursión para que los niños de la meseta castellana, los habitantes de las lomas y de las tierras del cereal salieran rumbo a Mont- Roig del Camp; allí les esperaba el Mediterráneo...
Pero no es fácil sepultar la verdad, los recuerdos de unos tiempos de esperanza siguen aflorando, aunque las guerras y el miedo actúen como cierzo devastador. Porque, después de todo, como diría Bertolt Brecht: "Al final de la última hubo vencedores y vencidos. Entre los vencidos, el pueblo llano pasaba hambre. Entre los vencedores el pueblo llano la pasaba también.”
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