Película 670 # Año XXI

 Golpe de Suerte

(Coup de chance)

Jueves 26 de Octubre/2023

Sala Avenida/Jaraíz

20:30 Horas 

 

DIRECTOR

Woody Allen

GUION: Woody Allen

FOTOGRAFÍA: Vittorio Storaro

REPARTO: Lou de Laâge, Niels Schneider, Valerie Lemercier, Melvil Poupaud, Elsa Zylberstein, Grégory Gadebois, Guillaume de Tonquedec, Bárbara Goenaga, Jeanne Bournaud, Anne Loiret

GÉNERO: Romance. Comedia. Drama | Comedia romántica. Drama romántico 

DURACIÓN: 96 Min.

PAÍS: Francia
 

 

SINOPSIS

Fanny y Jean parecen el matrimonio ideal: ambos son profesionales consumados, viven en un precioso apartamento en un exclusivo barrio de París y parecen tan enamorados como cuando se conocieron. Pero cuando Fanny se cruza accidentalmente con Alain, un antiguo compañero de instituto, cae rendida a sus pies. Pronto vuelven a verse y se acercan cada vez más... 

 

¿Quién es quién?

Por novena vez se presenta Woody Allen (Brooklyn, Nueva York, 1935), a punto de cumplir los 88 años, en nuestro Cineclub. Es la película que hoy nos ocupa la que hace el número 57 de su trabajo como director. Sus trabajos como actor, incluidas sus apariciones en documentales, se alzan a 76. Sus guiones y libros son la parte esencial de su obra; en sus textos se sustenta todo un universo personal y filosófico empapado en una inteligente y desvalida comicidad, como arma imprescindible para combatir la fealdad y el ridículo comportamiento de los seres humanos.

Os recordamos, por orden de aparición, los huevos que puso en nuestro corral: La maldición del escorpión de jade (2001), Un final made in Hollywood (2002), Match Point (2005),  Si la cosa funciona (2009), Conocerás al hombre de tus sueños (2010) , A Roma con amor (2012), Día de lluvia en Nueva York (2019) y Rifkin's Festival (2020). Si pincháis sobre los títulos tendréis más información, dentro del blog, del egregio neoyorquino y su creación artística.

Melvil Poupaud ( 1973) es un actor, escritor y cineasta francés, que aterriza en nuestra granja por cuarta vez. Le recordaréis por: El Oficial y el espía (Roman Polanski), Verano del 85 (François Ozon) y recientemente por Una Bonita mañana (Mia Hansen-Love)

Guillaume de Tonquédec, (París- 1966), estuvo entre nosotros con: Dejad de quererme (Jean Becker) y con El nombre (Alexandre de La Patellière, Mathieu Delaporte)

 

Y me parece a mi

El asesor que asesoraba a los asesores

Con el morbo añadido de si será la última de Woody Allen, la gente ha acudido a los cines para comprobar, in situ, si el probable canto del cisne sería melodioso, incluso épico; o si por el contrario la decadencia de uno de los grandes, y más vituperado (al margen de méritos artísticos), le hacía retirarse mohíno al rincón de pensar. No ha conseguido el gran maestro, tal vez esto le alegre, consecuencias orgásmicas ni en unos ni en otros.

Hay en este "Golpe de suerte" demasiados paralelismos con su propia obra, como para considerarla una película innovadora y con aportaciones únicas. A lo largo del metraje no es difícil encontrar semejanzas, al menos, con dos de sus obras, para mí notables: Misterioso asesinato en Manhattan y Match Point.
"El hombre de los mil complejos", capaz a su vez de acomplejar a cualquiera por su ingenio y velocidad mental, mete en su penúltimo cóctel, que podría bautizar como "Sorprendentes infusiones otoñales", una generosa parte de azar, notas de fino humor y unos concentrados toques de amargo realismo glamuroso; quedándole, como consecuencia de la buena ligazón de los espiritosos, un agradable aperitivo que sirve para abrir alegremente el apetito.

La pareja protagonista pertenece a esa élite triunfadora que mea colonia: educados, ricos, envidiables, cultos y de reputada profesionalidad; alguno en negocios tan modernos y complejos que aún no tienen tipificación. Woody, en su afán de mosca cojonera, se empeña en señalar algunos defectillos; ¡vamos!, para quitarnos las ganas que nos han entrado de ser como ellos.
spoiler:
Lo de Coup de chance debe venir por la fortuna, que tiene el género humano, cuando un accidente imprevisto se encarga de hacer la justicia que tantas veces queda inconclusa. Porque la muerte de quienes nunca debieron haber nacido siempre debería ser motivo de regocijo.