RINGU RANGO presenta:
The Fall: El Sueño de Alexandria
Miércoles 24 de Septiembre/2025
Sala Avenida/Jaraíz
20,30 Horas
DIRECTOR
Tarsem Singh
GUION: Dan Gilroy, Nico Soultanakis, Tarsem Singh
MÚSICA: Krishna Levy
FOTOGRAFÍA: Colin Watkinson
REPARTO: Lee Pace, Catinca Untaru, Justine Waddell, Julian Bleach ...
GÉNERO: Fantástico | Años 20. Remake. Película de culto
DURACIÓN: 118 Min.
PAÍS: India
- SINOPSISHollywood, años veinte. Tras una desafortunada caída, un especialista en secuencias de acción es ingresado en un hospital. Allí conoce a Alexandria, una niña con un brazo roto a la que hace una promesa: si ella le consigue morfina, él le contará una historia maravillosa. El relato se extiende a todos los rincones del mundo. Remake de la película búlgara "Yo Ho Ho" (1981) de Zako Heskija.
- Tarsem Singh Dhandwar ( Jalandhar, 26 de mayo de 1962), conocido profesionalmente por Tarsem, es un director indio nacionalizado estadounidense que ha trabajado en películas, videos musicales y anuncios.
- Tarsem Empezó su carrera dirigiendo vídeos musicales, incluyendo "Hold On" de En Vogue, "Sweet Lullaby" de Deep Forest y el hit de R.E.M. "Losing My Religion", que ganó el premio al mejor video del año en los MTV Video Music Awards de 1991.
- Su segunda película, The Fall. El sueño de Alexandria, se estrenó en 2006 en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Su tercera película, Immortals, se estrenó en 2011. En 2012 dirigió una adaptación del cuento de los hermanos Grimm sobre la historia de Blancanieves, titulada Mirror, Mirror, protagonizada por Lily Collins y Julia Roberts.
La domadora de sueños
En este caso, Sherezade sería el especialista, el narrador de un cuento que parece no tener fin, y el sultán Shahriar nuestra pequeña Alexandria, que le exige la continuidad de la historia (incluso con intromisiones y añadidos de la oyente), para seguir consiguiéndole las dosis que amortiguan los intensos dolores de su convalecencia.
Cambiar fantasía por morfina es un negocio que acaba resultando rentable al espectador de este relato viajero. Nos hace recorrer el mundo a lomos de unos personajes misteriosos pero con caras más que reconocibles. La huida hacia una realidad paralela se inicia desde una habitación y una cama de un centro hospitalario, próximo al Hollywood de 1920.
Tarsem Singh, en el 2006, con el mérito añadido de prescindir de tecnologías artificiales, aprovecha una historia ya contada por Zako Heskija, director búlgaro que la llevó a las pantallas 25 años antes, bajo el título original de Yo ho ho, para introducirnos en un caleidoscopio de sensaciones y alucinaciones extremas que sustituyen el grisáceo y monótono transcurrir de los días clínicos por la sana adicción a la aventura, que incluye una especial visita a palacios, mares, montañas y desiertos de aquellos lugares del mundo en que la luz explota con mayor intensidad.
Es posible que el éxito de esta propuesta, de difícil etiquetado, sea el hecho de que ni es una narración para adultos, que no entienden los niños; ni tampoco una fábula para niños a la que no llegan sus mayores.
En este caso, Sherezade sería el especialista, el narrador de un cuento que parece no tener fin, y el sultán Shahriar nuestra pequeña Alexandria, que le exige la continuidad de la historia (incluso con intromisiones y añadidos de la oyente), para seguir consiguiéndole las dosis que amortiguan los intensos dolores de su convalecencia.
Cambiar fantasía por morfina es un negocio que acaba resultando rentable al espectador de este relato viajero. Nos hace recorrer el mundo a lomos de unos personajes misteriosos pero con caras más que reconocibles. La huida hacia una realidad paralela se inicia desde una habitación y una cama de un centro hospitalario, próximo al Hollywood de 1920.
Tarsem Singh, en el 2006, con el mérito añadido de prescindir de tecnologías artificiales, aprovecha una historia ya contada por Zako Heskija, director búlgaro que la llevó a las pantallas 25 años antes, bajo el título original de Yo ho ho, para introducirnos en un caleidoscopio de sensaciones y alucinaciones extremas que sustituyen el grisáceo y monótono transcurrir de los días clínicos por la sana adicción a la aventura, que incluye una especial visita a palacios, mares, montañas y desiertos de aquellos lugares del mundo en que la luz explota con mayor intensidad.
Es posible que el éxito de esta propuesta, de difícil etiquetado, sea el hecho de que ni es una narración para adultos, que no entienden los niños; ni tampoco una fábula para niños a la que no llegan sus mayores.
Jaht









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