jueves, 27 de junio de 2002

Película 16 # Año 1

 Con esta película se pone fin a la primera temporada de Cineclub

El Círculo

[Dayereh (The Circle)]

Jueves 27/Viernes 28 - Junio 2002

Sala Avenida - Jaraíz

21:30 Horas 

 


DIRECTOR

Jafar Panahi

GUIÓN: Kambozia Partovi (Idea: Jafar Panahi)
 
MÚSICA: Sassan Bagherpour, Ahmad Ardalan
 
FOTOGRAFÍA: Bahram Badakshani
 
REPARTO:   Fereshteh Sadr Orafai, Maryam Parvin Almani, Elham Saboktakin, Nargess Mamizadeh, Monir Arab, Fatemeh Naghavi 
 
GÉNERO: Drama
 
DURACIÓN: 90 Min
 
PAÍS: Irán
 
 
 
 
 
SINOPSIS 


Una mujer acaba de dar a luz a una niña. Todavía no lo sabe, pero ella y su hija están ya marcadas... Tres mujeres salen de prisión con un permiso temporal. La necesidad de dinero para huir les llevará a tomar decisiones desesperadas... A falta de una identificación apropiada y un compañero de viaje, una joven debe rogar y mentir simplemente para comprar un billete de autobús... Después de evadirse de la cárcel para abortar, una mujer soltera sufre la violencia de sus hermanos que la expulsan del domicilio familiar… Sus crímenes son lo de menos, su culpabilidad o inocencia no importan. Sus caminos se cruzan, el suspense de sus intrigas se hace cada vez más intenso. Los comienzos y los finales de sus historias resultan a menudo demasiado parecidos en su parte más trágica. Su mundo es una constante supervivencia, burocracia y viejas desigualdades. Pero este asfixiante universo no puede acabar con el espíritu, la fuerza y el valor del círculo de mujeres.


 
¿Quién es quién? 
 
Jafar Panahi (Mianeh, Irán-1960) es un director de cine, uno de los más influyentes de la llamada nueva ola iraní. Su trabajo ha recibido grandes elogios tanto de los teóricos del cine como de los críticos de todo el mundo. Sus películas han recibido numerosos premios entre los que destacan el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia.

Jafar Panahi tenía diez años cuando escribió su primer libro, con el que ganó un concurso literario. También a esa edad comenzó a interesarse por el cine rodando películas en 8mm, actuando en una de ellas y ayudando a completar una segunda. Más tarde se dedicó a la fotografía. Durante el servicio militar, que Panahi realizó mientras la guerra Irán-Iraq (1980-88), hizo un documental sobre su experiencia en ese conflicto.



Estudió dirección en la Facultad de Cine y Televisión de la Universidad de Teherán. Su carrera profesional la comenzó rodando varias películas para TV; también trabajó como ayudante del director Abbas Kiarostami en la película A través de los olivos (1994). A partir de entonces comenzó a dirigir. 


El primer largometraje de Jafar Panahi como director fue El globo blanco (1995) que ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cine de Cannes.​ El segundo, El espejo (Ayneh) (1997) fue premiado con el Leopardo de Oro en el Festival Internacional de Cine de Locarno.

Su obra más conocida hasta el momento es El círculo (Dayereh) (2000), en el que criticó la forma en que son tratadas las mujeres en la República Islámica de Irán, mostrando las vejaciones cotidianas a que son sometidas y su falta de libertad. Panahi ganó el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia con esta película y el premio de la FIPRESCI de aquel año en el Festival Internacional de cine de San Sebastián. El círculo fue seleccionado también entre los 10 mejores filmes del año 2000 por los críticos en numerosos países.

Y me parece a mi

Ellas, también, bailan solas

No hay razones para pensar que un ser libre, aunque presionado, encarcelado y perseguido, como Jafar Panahi no cuenta lo que ve. Y lo que ve, cuando mira dentro del mundo de la mujer en el mundo fundamentalista islámico, es, sin ambages: DANTESCO.

El círculo en el que se desenvuelve parte de la población femenina iraní está poblado de rejas que brotan por todas partes, las de la cárcel solo son unas pocas más. El patriarcado, la religión, los desiguales y rancios protocolos...; y, como consecuencia, la devaluación "per secula seculorum" del concepto hembra, han llevado a estos seres, no se nos olvide: madres, hermanas, hijas, esposas, a una resignada existencia oscurantista; a un perpetuo castigo por la osadía de repetir cromosoma (XX); aunque no hace falta ser muy inteligente para saber que una de esas equis pertenece al padre (XY).

Por fechas parecidas a las del estreno de Panahi, circulaba por las carteleras una ficción japonesa, con vocación de saga, con el mismo título. Recuerdo que cuando la pusimos en el Cineclub El Gallinero, algunos jóvenes entraron despistados. Era una historia de miedo psicológico que estaba llenando las salas. El pánico para nuestros muchachos vino cuando hubieron de enfrentarse a los subtítulos y huyeron de la sala con urgente prontitud. ¡Lástima!, si lo hubiesen intentado, si la impaciencia no hubiera triunfado, si al menos la curiosidad les hubiera pegado a la butaca, habrían asistido al auténtico terror, el que condena a algunos seres a morir y seguir caminando.

La manera en que el realizador persa nos relata con su cámara el deambular, como pollo sin cabeza, de estas "delincuentes" de cuna, es otro de los grandes logros técnicos. El espectador, sin necesidad de las 3D, sufre en carne propia los acosos, agobios e incomodidades de las criaturas enterradas bajo una montaña de sayos, tocas y pañuelos. Persigue sin tregua, filmadora al hombro, por las calles de la gris ciudad, a unos entes que, de tenerla, parecerían escapar de su propia sombra.
 Jaht
 


Tal como éramos
 





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