Alatriste
(El Capitán Alatriste)
Jueves 8/Viernes 9 - Febrero/2007
Sala Avenida / Jaraíz
21:00 Horas
DIRECTOR
Agustín Díaz Yanes
GUIÓN: Agustín Díaz Yanes (Nov.: Arturo Pérez-Reverte)
MÚSICA: Roque Baños
FOTOGRAFÍA: Paco Femenía
REPARTO: Viggo Mortensen, Elena Anaya, Unax Ugalde, Eduard Fernández, Enrico Lo Verso, Eduardo Noriega, Juan Echanove, Ariadna Gil, Antonio Dechent, Javier Cámara, Blanca Portillo, Pilar López de Ayala, Pilar Bardem, Cristina Marcos, Francesc Garrido, Nadia de Santiago, Álex O'Dogherty, Carlos Bardem, Nicolás Belmonte, Nacho Pérez, Paco Tous
GÉNERO: Aventuras. Acción. Drama | Histórico. Siglo XVII. Capa y espada
DURACIÓN: 140 Min. PAÍS: España
SINOPSIS
España Imperial, siglo XVII. Diego Alatriste, valeroso soldado al
servicio de su majestad, combate en la guerra de Flandes. En una
emboscada de los holandeses, Balboa, su amigo y compañero de armas, cae
herido de muerte y le hace una petición que Alatriste promete cumplir:
cuidar de su hijo Íñigo y alejarlo del oficio de las armas.
Posteriormente, Alatriste, que malvive alquilando su espada, es
contratado junto a otro mercenario, el italiano Gualterio Malatesta,
para dar muerte a dos misteriosos personajes que viajan de incógnito a
Madrid.
¿Quién es quién?
Su reputación como guionista y las amistades que cultivó le permitieron rodar la película Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto en 1995, que le valió dos Premios Goya: por el guion y la dirección. Después del éxito de su primera película preparó el guion de Madrid Sur, un filme de ciencia-ficción que no pudo ser rodado por falta de financiación.
En 2001 juntó a Penélope Cruz y a Victoria Abril en su película Sin noticias de Dios, que fue nominada a once Goyas.
Y me parece a mi
Mejor Don Diego que Don Arturo
Posiblemente, los mismos que consideran
que compendiar cinco tomos (ya son ocho) en 140 minutos es misión
imposible, hubieran pedido un esfuerzo mayor de concreción a Díaz Yanes
si hubiera decidido contar la historia del capitán en dos o tres
entregas, argumentando que se servía de la paja para rellenar, y que
buscaba el fácil negocio de las sagas. Es cierto que nos volvemos muy
exquisitos, en este país, cuando el proyecto cinematográfico es obra de
los nuestros; y yo, que estoy muy a favor de la autocrítica, también veo
que apuntamos toda la fusilería a un solo lugar, dejando desguarnecidos
tantos flancos que nos interesaría más apuntalar: mayor apoyo a la
cultura, desde todos los ámbitos; menos veneno socio-político (ahora lo
denominan crispación) contra quienes se resisten al pensamiento único y
piensan diferente; cultivar más la benevolencia y menos el
convencimiento de que hay intencionalidades malévolas tras cualquier
intento de libre expresión...
Esta reflexión, que no es la primera vez que hago en voz alta, viene tras leer un gran número de críticas vertidas en Filmaffinity, un lugar acogedor en el que afortunadamente abundan más las yerbabuenas y la educación.
La novela histórica de Pérez Reverte, que cuenta los sucesos que acontecen en la vida de Diego Alatriste, allá por el denominado Siglo de Oro (XVII) es adaptada por el director madrileño, poniendo énfasis en las intrigas palaciegas, la guerra de Flandes y la corrupción y decadencia que se respiraba por las calles de la capital.
Pasaban muchas cosas, sí, y el realizador las ordena, para algunos, de forma precipitada. Los acontecimientos, no obstante, acaban inundando hasta las vidas más tranquilas, y el oficio de un mercenario en los tercios es de todo menos sosegado y prudente.
Y hablando de templanza, tal vez habría de pedir algo más de esta cualidad al padre de Don Diego, que no es otro que el miembro cartagenero de la Real Academia Española. Si algo nos sobra en este país, es mala leche y desvergüenza.
Esta reflexión, que no es la primera vez que hago en voz alta, viene tras leer un gran número de críticas vertidas en Filmaffinity, un lugar acogedor en el que afortunadamente abundan más las yerbabuenas y la educación.
La novela histórica de Pérez Reverte, que cuenta los sucesos que acontecen en la vida de Diego Alatriste, allá por el denominado Siglo de Oro (XVII) es adaptada por el director madrileño, poniendo énfasis en las intrigas palaciegas, la guerra de Flandes y la corrupción y decadencia que se respiraba por las calles de la capital.
Pasaban muchas cosas, sí, y el realizador las ordena, para algunos, de forma precipitada. Los acontecimientos, no obstante, acaban inundando hasta las vidas más tranquilas, y el oficio de un mercenario en los tercios es de todo menos sosegado y prudente.
Y hablando de templanza, tal vez habría de pedir algo más de esta cualidad al padre de Don Diego, que no es otro que el miembro cartagenero de la Real Academia Española. Si algo nos sobra en este país, es mala leche y desvergüenza.
Jaht
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