lunes, 14 de febrero de 2022

Película 586 # Año XIX

 Drive My Car

(Doraibu mai kâ)


Jueves 17 de Febrero/2022

Sala Avenida/Jaraíz

20:30 Horas


DIRECTOR

Ryûsuke Hamaguchi
 
GUIÓN: Ryûsuke Hamaguchi, Takamasa Oe.  
Historia: Haruki Murakami
 
MÚSICA: Eiko Ishibashi
 
FOTOGRAFÍA: Hidetoshi Shinomiya
 
REPARTO: Hidetoshi Nishijima, Tôko Miura, Reika Kirishima, Sonia Yuan, Satoko Abe, Masaki Okada, Perry Dizon, Ahn Hwitae.
 
   GÉNERO: Drama | Teatro
 
DURACIÓN: 179 Min.
 
PAÍS: Japón 


SINOPSIS

Pese a no ser capaz de recuperarse de un drama personal, Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, acepta montar la obra "Tío Vania" en un festival de Hiroshima. Allí, conoce a Misaki, una joven reservada que le han asignado como chófer. A medida que pasan los trayectos, la sinceridad creciente de sus conversaciones les obliga a enfrentarse a su pasado. 

 

¿Quién es quién?

Decimoprimer film japonés y segunda obra de Ryûsuke Hamaguchi ( Kanagawa - 1978), que hace poco tiempo nos visitó con La ruleta de la fortuna y la fantasía

El director nipón está de moda en los festivales de cine desde que en 2015 estrenara Happy Hour, una historia de amistad entre cuatro mujeres. Con anterioridad había dedicado parte de sus esfuerzos al cine documental. Destacables también en esta última y fructífera etapa: Heaven Is Still Far Away (2016) y Asako I & II (2018)

 


Haruki Murakami  (Kioto-1949) es un escritor y traductor japonés, autor de novelas, relatos y ensayos. Sus libros han generado críticas positivas y obtenido numerosos premios. Traducida a cincuenta idiomas y a veces criticada por el establishment literario japonés como no japonesa, su obra está influida por el surrealismo y se centra en temas como la soledad y la alienación. Es considerado una figura importante en la literatura posmoderna. The Guardian ha situado a Murakami "entre los mayores novelistas de la actualidad". Ha sido considerado candidato ​al Premio Nobel de Literatura en repetidas ocasiones,​ sin que hasta el momento haya obtenido el galardón.

Alguno de sus títulos: 

NOVELAS: Escucha la canción del viento (1979), Pinball 1973 (1980), Tokio blues (Norwegian Wood)​ (1987), Kafka en la orilla (2002), Los años de peregrinación del chico sin color  (2013), La muerte del comendador (2017)... 

COLECCIÓN DE RELATOS: El elefante desaparece (2005), Sauce ciego, mujer dormida (2009), Hombres sin mujeres (2014), Primera persona del singular (2020)...

Es precisamente a la antología de Hombres sin mujeres a la que pertenece la historia que da pie al guión de esta película 

 El universo creado por Haruki Murakami en sus libros ha saltado al cine en varias ocasiones. Aunque ‘Tokio Blues’ (Tran Anh Hung, 2010) ha sido la adaptación más popular, también se han llevado a la gran pantalla ‘Hear the Song of the Wind’ (Kazuki Ohmori, 1982), ‘Tony Takitani’ (Jun Ichikawa, 2004), ‘All God´s Children Can Dance’ (Robert Logevall, 2008), ‘Burning’ (Chang-dong Lee, 2018) y ‘Hanaley Bay’ (Daishi Matsunaga, 2018). 

 


 Y me parece a mi
 
Empatizar no es imposible

Pienso que hay que desdramatizar el hecho de que algunas películas (la mayoría), gusten mucho o muy poco, según unos u otros espectadores. Estoy seguro de que incluso comparten títulos favoritos quienes han calificado a Drive my car con un 1 y los que le han cascado un 10. Es más, a todos nos ha pasado que algunos filmes incómodos se convirtieron en imprescindibles; y viceversa: aquella sesión tan encantadora y placentera, hoy nos avergüenza.
La crispación que desencadenan algunas obras como la que analizamos; enfrentando a defensores y detractores con gruesas palabras y amenazante faca bajo la pernera, debemos controlarla con dosis de comprensión del tipo: "... a mi no me ha gustado, pero ese no es un imbécil por tener gustos diferentes" o "... preciosa, aunque entiendo a quienes se han ido porque hoy no estaban por el psicoanálisis". Echarnos en cara el "gafapastismo", o la escasa atención o sensibilidad, no deja de ser un fracaso del diálogo y del buen rollo que debiera imperar entre quienes amamos el cine.

Y tras regurgitar los dispares restos de las distintas críticas, decir que a mi me ha gustado un poco menos de lo que pensé que me gustaría; tal vez por alimentar mi subconsciente con las altas expectativas de la mercadotecnia.
Aún así, considero que esta adaptación del relato de Murakami tiene un gran interés y, sin apearse del coche rojo y la ciudad nipona (que en la realidad resultó ser coreana), cuenta muchas cosas sobre la condición humana, la inextricable selva de las relaciones, el mundo creativo con el teatro como hilo conductor; los traumas que intentamos amortiguar con el olvido, pero que casi siempre se curan con terapias de choque... Sin olvidar que los acontecimientos suceden en Oriente donde los tiempos y las situaciones no siempre son equiparables con el ombliguismo de los occidentales; que la infidelidad para un intelectual japonés no significa lo mismo que para un carnicero siciliano o un huertano de Murcia.

Si bien siempre he defendido, y sigo haciéndolo, que cuando colocamos los sentimientos a ras de suelo todos somos más iguales de lo que nos pensamos. Por eso el dolor, tanto el intelectual que intenta ordenar el actor-director (Yusuke); como el que brota de las entrañas, sin alivio artístico, encarnado en la joven choferesa (Misaki), puede acabar hermanando a dos seres tan diferentes.

Cuando alguien se va de forma precipitada, que es casi siempre, en el único infierno que conocemos quedan crepitando todas las dudas y preguntas que no hicimos en su momento.
En la vida, como en muchas historias cinematográficas, también existen la presentación, el nudo y el desenlace; entendiendo por lo primero el nacimiento, lo último la muerte y como nudo el resto de cuestiones que casi nunca terminan por resolverse de manera satisfactoria.
Jaht



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