Hirokazu Koreeda
GUION: Hirokazu Koreeda
MÚSICA: Jung Jae-il
FOTOGRAFÍA: Hong Kyung-pyo
REPARTO: Lee Ji-Eun, Song Kang-ho, Gang Dong-won, Bae Doona, Lee Joo-young, Bek Hyun-jin, Ryu Kyung-Soo, Kang Gil-woo, Song Sae-byeok, Sun-young Kim
GÉNERO: Drama
DURACIÓN: 129 Min.
PAÍS: Japón
SINOPSIS
Una noche lluviosa una joven abandona a su bebé a las puertas de una iglesia. El recién nacido es recogido por dos hombres que se dedican a robar bebés abandonados para venderlos a padres dispuestos a pagar una tarifa. Cuando la joven regresa a la iglesia, arrepentida, descubre el negocio ilegal de ambos hombres y decide unirse a ellos para encontrar a los padres adoptivos más adecuados. En este inusual viaje por carretera, el destino de los que se crucen en la vida del niño cambiará radicalmente.
El gran catedrático de las relaciones familiares tópicas y atípicas desmonta, una vez más, la teoría de que los lazos de sangre sean el fundamento básico de las alianzas contra una sociedad fría, distante, insensible; que se dedica a sembrar soledades como estrategia de control y orden cibernético. Las obras que nos ha ido regalando hablan por él: Nadie sabe (2004), Hana (2006), Still Walking (2008), Kiseki (2011), De tal padre tal hijo (2013), Un asunto de familia (2018), La verdad (2019).
Al gran Song Kang-ho (Corea del Sur - 1967) le recordaréis, entre otras, por sus papeles protagonistas en Rompenieves y Parásitos, ambas, del que nunca falla: Bong Joo-ho. Quienes aún tengan alguna duda de su capacidad actoral innata, que no se pierdan Crónica de un asesino en serie, del mismo director de las dos anteriores, que pasaron por nuestro Cineclub.
Gang Dong-won ( Busan - 1981), os resultará familiar por su aparición en la película de Lee Chang-Dong: Burning, que pasamos hace cuatro años.
Pues lo que sucede es que llega Koreeda y se marca una estupenda road movie, sobre todo de sentimientos familiares (nada nuevo en su filmografía); donde los códigos de comportamiento no están para nada definidos; porque afortunadamente, aún, (queremos creer, Hirokazu y yo) cada ser humano es una isla y solo existen los estereotipos de cara a las estadísticas; ya sabéis, aquella ciencia que nos convierte en fríos números.
Un broker es un intermediario; en este caso, alguien que media entre el futuro de un recién nacido, que necesita dedicación exclusiva, y sus compradores. Los dos socios emprendedores de nuestra historia, expertos en desaliño, cuentan además con la rémora de una desorientada mamá, un expósito de ocho años con ambiciones futboleras y una pareja de comprensivas policías que usan su tiempo entre la investigación y la realidad revelada. ¿Algo puede salir mal?
Podría resultar una comedia de enredo si no fuera porque, el amable director nipón, te hace cuestionar las relaciones que se dan por legales, recomendables y seguras; existiendo otras, "insensatas", cargadas de anarquía, humanidad y algo de difícil definición que tiene mucho que ver con la calidez, el cariño y la verdad.
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