Un Simple Accidente
Jueves 6 de Noviembre/2025
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas
DIRECTOR
Jafar Panahi
GUION: Jafar Panahi
FOTOGRAFÍA: Amin Jaferi
REPARTO: Ebrahim Azizi, Madjid Panahi, Vahid Mobasseri, Mariam Afshari, Hadis Pakbaten, Delmaz Najafi, George Hashemzadeh
GÉNERO: Thriller. Drama
DURACIÓN: 105 Min.
PAÍS: Irán
SINOPSIS
Vahid, un modesto mecánico iraní, se ve repentinamente forzado a rememorar su tiempo entre rejas a raíz de un encuentro casual con Eghbal, quien le recuerda a su sádico carcelero. Alarmado, Vahid reúne a sus antiguos compañeros de prisión para verificar la identidad de Eghbal. Pero... ¿Qué harán si resulta ser él?
Estudió dirección en la Facultad de Cine y Televisión de la Universidad de Teherán. Su carrera profesional la comenzó rodando varias películas para TV; también trabajó como ayudante del director Abbas Kiarostami en la película A través de los olivos (1994). A partir de entonces comenzó a dirigir.
Algunos de sus títulos: El globo blanco (1995), El espejo (Ayneh) (1997), El círculo (película de 2000) (Dayereh), Crimson Gold (2003), Offside (2006), Los osos no existen (2022)...
Es de los más reconocibles realizadores del cine iraní de la llamada nueva ola. También ha resultado ser uno de los más perseguidos por el régimen islamista; y de no ser por el amplio apoyo de la cultura internacional se estaría pudriendo en una cárcel, lugar en el que ha estado en varias ocasiones. Sus huelgas de hambre también tuvieron seguimiento mundial. Esta es su tercera visita a nuestro Cineclub, ya estuvo con nosotros con sus obras del 2000 y del 2006.
Cuando faltan recursos técnicos, presupuesto solvente, actores de pedigrí, medios promocionales, cuñados influyentes o escaso tiempo para las tomas, y sobran amenazas y zancadillas, hay que poner en práctica el plan b, que consiste en encender la poderosa maquinaria de la imaginación y atizarla con el máximo de los entusiasmos, para sacar adelante proyectos tan dignos como el de esta última obra de Jafar Panahi.
Tal vez el más hostigado de los realizadores iraníes demuestra que querer es poder, y no hay cárcel ni intimidación capaz de recortar el vuelo a la capacidad creativa. Si hay que echar mano de lo más próximo e inmediato se recurre a la familia, a los amigos, los interiores clandestinos y exteriores desérticos, los móviles, a los planos robados a los inspectores de la moral... Lo importante es que la historia avance, que los personajes tomen vida, que el miedo no paralice a nadie y que las ideas cristalicen en la pantalla; cuando se consigue el objetivo se anota una victoria en el cuaderno de las causas justas, que acrecienta el sentido de la libertad. No hay premio que se pueda comparar al trabajo bien hecho ni siquiera la Palma de Oro del Festival de Cannes.
La empatía que logra el montador de esta peripecia urbanita, trágica y salpicada de nutritivas migajas burlescas, es tal, que los espectadores tampoco querrán bajarse de la furgoneta; y allá que vamos, hasta el desenlace, deseosos de conocer en qué acaba la cosa.
Disculpadme por ser tan críptico. Esta es una de esas pelis que agradeceréis conocer pocos detalles para que el sugerente misterio os vaya empapando gota a gota. Es preferible entrar en diálogo con los otros viajeros e irles adelantando vuestro punto de vista que servirá, casi seguro, para confundir aún más su postura y multiplicar sus vacilaciones.
Solo uno de los protagonistas, Ebrahim Azizi, sabía de qué va esto del cine (un largometraje y dos cortos), el resto se ponían por primera vez delante de una cámara. El resultado os sorprenderá.
spoiler:
De lo que más hablaréis, al abandonar la butaca o el sofá, será de que el ladino de Panahi os ha puesto trabajo. Por eso es conveniente verla en compañía, para discutir cómo la termina cada cual.
Algunos considerarán que el director debería haberse mojado, después de todo ellos han pagado para que les resuelvan las ecuaciones. A mí me parece fantástico que nos haga partícipes y nos deje concluir tamaña odisea.








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