sábado, 26 de enero de 2019

Película 461 # Año XVI


Un asunto de familia (Manbiki kazoku)
31 de Enero/2019
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas



DIRECTOR

Hirokazu Koreeda

GUIÓN: Hirokazu Koreeda

MÚSICA:  Haruomi Hosono

FOTOGRAFÍA: Ryûto Kondô

REPARTO: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka

GÉNERO:  Drama | Pobreza. Familia  

DURACIÓN: 121 Min.

PAÍS: Japón 



SINOPSIS 

Osamu y su hijo se encuentran con una niña en mitad de un frío glacial. Al principio, y después de ser reacia a albergar a la niña, la esposa de Osamu aceptará cuidarla cuando se entere de las dificultades que afronta. Aunque la familia es pobre y apenas gana suficiente dinero para sobrevivir a través de pequeños delitos, parecen vivir felices juntos, hasta que un accidente imprevisto revela secretos ocultos, poniendo a prueba los lazos que les unen.


¿Quién es quién?

Hirokazu Koreeda (是枝裕和 Kore'eda Hirokazu, n. 1962, Tokio) es un director de cine japonés. Sus películas exploran temas tales como la memoria, la muerte y asumir la pérdida.

Koreeda quiso ser novelista, pero tras graduarse de la Universidad de Waseda trabajó como asistente de dirección de documentales para TV Man Union. En 1991 dirigió su primera película.

Esta es la séptima vez que el mejor cineasta japonés de nuestros días visita la Sala Avenida. Digno sucesor del inmenso Yasujiro Ozu (Primavera tardía, Las hermanas Munekata,Cuentos de Tokio, El sabor del sake...), tenía un año cuando murió el gran maestro que, aún así, impregnó la obra de Koreeda de paciencia, sosiego y sabiduría. Por orden de aparición en nuestra sala: Nadie sabe (2004), Hana (2006), Still Walking (2008), Kiseki (2011), De tal padre tal hijo (2013) y Nuestra hermana pequeña (2015). Sus seguidores más incondicionales también le recordarán por: After life (1998), Air doll (2009), Después de la tormenta (2016) o El tercer asesinato ( 2017).
 Y entre los actores tal vez reconozcáis a la recientemente fallecida Kirin Kiki (Ciudad de Tokio/ Enero/1943-Shibuya/ Septiembre/2018) por: Still Walking, Kiseki, Nuestra hermana pequeña y, fuera del Avenida por Una pastelería en Tokio. Y a Lily Franky (Kokura/Noviembre/1963) por De tal 
 padre tal hijo y Nuestra hermana pequeña.



Y me parece a mi

Dejadme decidir si quiero llorar o reír

Si yo fuera japonés influyente propondría para un ministerio de nueva formación, suponiendo que no exista, al hombre que posiblemente haya investigado más el hábitat convivencial, padres e hijos, de aquel país. País que, aunque parezca increíble, tampoco es tan diferente al nuestro, o a los que se sobrenadan la nata del "capitalismo democrático". Este Departamento de Gobierno se denominaría: De La Familia y Sus Menesteres. Su titular no sería otro que Hirokazu Koreeda, hábil e incombustible indagador de las complejas relaciones consanguíneas y sus múltiples derivadas. Su maestría académica está más que contrastada: Nadie sabe, Still Walking, Kiseki, De tal padre tal hijo, Nuestra hermana pequeña, Después de la tormenta...; y sus conclusiones, casi científicas, conducen a un modelo que nada tiene que ver con el convencional ni tampoco con el ordenamiento contemporáneo, que sigue estando basado jurídicamente en algo tan arcaico como los derechos de sangre.

Koreeda sienta cátedra en esta preciosa disertación sobre los lazos afectivos. "Un asunto de familia" ("Ladrones de tiendas" para los angloparlantes) es, en el fondo, una elegante denuncia contra un sistema que basa todos sus esfuerzos en la cuadratura macroeconómica y olvida que el objetivo primigenio de los seres inteligentes debería ser la búsqueda de la felicidad. Sentirse bien tiene mucho que ver con las decisiones libres, y el corsé del vínculo parental constriñe el vuelo.
spoiler:
Las normativas estatales, según el mejor director japonés del momento, persiguen a quienes basan sus acciones en el amor y el instinto, poniendo en peligro esa cacareada y falsa estabilidad que dicen salvaguardar. Las instituciones, lejos de aportar soluciones o alternativas a los problemas cotidianos (conciliación, pobreza, vivienda, maltrato...), crean una red insalvable para el sentido común, que sigue afirmando que el índice de la alegría lo marca la risa y no el Nikkei ni el IBEX 35 ni el Dow Jones.

Esta película invita, con sedosos principios y tozuda voluntad, a recuperar los valores que alguna vez hemos soñado: vivir y morir rodeados de la gente, de la buena gente, que cada uno de nosotros haya elegido, pasando amablemente de todas las imposiciones, aunque tengamos en común con ellas muchas moléculas de ácido desoxirribonucleico.
Jaht

Un asunto de familia, fue vista por 73  espectadores
La nota media, según puntuación de nuestros seguidores, fue: 8,90




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