50 años después de su estreno oficial, volví a ver La Naranja Mecánica en la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid, en el primer lugar del país en que se proyectó, incluso en la misma Sala (Teatro Carrión), en la primavera de 1975, en su vigésima edición.
Te extraña y sorprende lo bien que ha envejecido, lo actual que sigue siendo todo: lo acertado de la elección del vestuario, la atmósfera distópica, la música utilizada...
El tratamiento de la violencia: la del individuo y las instituciones que la manipulan en su propio beneficio, ocupó a Kubrick, enfermo de perfeccionismo, bastante más de un año hasta ponerla en USA. Las situaciones burlescas que ridiculizan el sistema penitenciario, político,familiar y social; que abre y cierra como una cremallera la sonrisa enigmática y sardónica de Alex, el joven jefe de los dragos; verdugo y víctima de un destino tan incontrolable como su propia quijotera volcánica.
De haber existido, cosa bastante difícil de demostrar, la apología de la violencia de la que fue acusado Stanley Kubrick, hubiera sido fácil de neutralizar (en palabras del propio Malcolm McDowell), encerrando o haciendo pagar los desperfectos a los imbéciles que vestidos de blanco y bombín la liaban en las calles, bares de copas y discotecas.
Ciertamente la obra, basada en la novela de Anthony Burgess, no deja títere con cabeza; a nadie deja libre de pecado. Tal vez por eso, la hipócrita moral religiosa y gubernamental, adalides del orden y la corrección, se consideraron atacados y se acalambraron apedreandola.
Pero aquí está, reluciente, espléndida, triunfante. Y estoy por apostar que algunos que en aquellos días se rasgaban las vestiduras hoy se hacen fotos delante del cartel. Otros, mordiendo la brida de la autocensura, opinan que ahora no podría llevarse a cabo un ejercicio artístico tan grande y tan libre; y esto sí que da miedo, es el famoso pánico a la libertad que da alas a los viejos e inquisidores fascismos.
MI CALIFICACIÓN: 10
LA NARANJA PROHIBIDA (Pedro González Bermúdez-España)
Para conmemorar el 50º Aniversario del difícil parto de A Clockwork Orange, se estrenó en la 66 Seminci un documental sobre las vicisitudes que hubo de padecer para su aterrizaje en España, cuatro años después, precisamente en una de las capitales más conservadoras del país, con la doble paradoja de tener lugar en un Festival que nació religioso, y que abrió el abanico añadiendo, estratégicamente, a su cabecera lo de Valores Humanos, para así poder albergar nuevas propuestas.
La recuperación de la memoria, a través de las declaraciones de los protagonistas de aquel evento, utilizando como hilo conductor a Malcolm McDowell, sirven al director para situar la polémica película en el contexto de una nación que comenzaba a despertar de una pesadilla. Valladolid, su Universidad, la FASA-Renault, los 200.000 habitantes de la época... Todos asistieron expectantes al primer mordisco de la manzana (naranja, en este caso) prohibida; aunque solo un par de miles pudieron saciarse de una libertad extrema en momentos aún oscurantismos.
Lástima que algunos muchachos actuales, según este buen reportaje testimonial de Pedro González Bermúdez, normalicen la penalización afirmando que hoy no podría llevarse a cabo el rodaje de algo tan provocador. Es tanto como ponernos, nosotros mismos, los grilletes en los tobillos.
MI CALIFICACIÓN: 7
Domingo 24 de Octubre
PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA
(Benito Zambrano-España)
Benito tampoco encontró la receta
Tan poético título hacía presagiar un buen resultado, máxime cuando detrás se encontraba alguien tan fiable y honesto como Benito Zambrano. . Con esta convicción me colé en el Teatro Zorrilla, en la sesión de las 4,30, para asistir a su estreno mundial.
Impaciente asistí a la presentación, a la publicidad de los promotores, a los obligados agradecimientos, al marketing que aburre tanto a quien desea ir al grano. Es como si, muerto de hambre, te vas a comprar un bocadillo y el vendedor se explaya durante media hora en la excelencia de aguas, pastos, bellotas y atenciones especiales (sin faltar la música clásica)..., que han acompañado la vida del cerdo, cuyo jamón te dispones a engullir.
Lo cierto es que muy pronto percibí señales que me alejaban de otras obras de Zambrano, más personales, menos redundantes en la dulcificación (abunda el azúcar, incluso en los momentos más amargos). Llegas a pensar que se arreglará esta, seguramente injusta, percepción mía.
Por la mitad del metraje, aún no me había repuesto de la impresión de estar asistiendo a un drama ideado para competir con productos venezolanos, brasileños o turcos de máxima audiencia, capaz de alternar la lágrima, el cotilleo en redes y el zurcido de los calcetines de Luis Alberto.
La historia de las dos hermanas terminó sin jugada de mérito, para mi gusto; salvo algún desplante de la seca ayudante de panadería, que se diluye en su camino hacia la corrección y aclarado del misterio (que tampoco es para tanto).
Lo siento, Benito Zambrano me cae muy bien, pero me quedo antes con un solo plano de Solas que con este novelón meloso, que no aporta nada nuevo.
MI CALIFICACIÓN: 5
VIAJE A ALGUNA PARTE (Helena de Llanos-España)
Vivir, trascender y que alguien lo cuente
La nieta de Fernando, que lleva su apellido, y de Emma, de la que no lleva su sangre; elucubra sobre el reencuentro en la que fue la casa de ambos, llena de sus bienes materiales (libros, fotos, árboles, piedras...), y recuerdos que pasean como fantasmas amables por toda la estancia. allí confluyen vivos y muertos, amigos y familiares, curiosos, y una especie de secta de pelirrojos que airean virtudes y defectos del genial escritor, director y actor. Lo tangible e intangible, todo revuelto, como un collage, al que era tan aficionada la Cohen.
Un viaje que hace hoy la orgullosa heredera artística de la mano de un abuelo al que, en sus propias palabras, negó en alguna ocasión cuando era niña.
Helena de Llanos se lo come y se lo guisa todo en una tozuda propuesta para reivindicar la eternidad de dos seres únicos (todos lo somos de alguna manera), que trascendieron y se convirtieron en historia cultural de un país alejado de sus postulados anarquistas.
MI CALIFICACIÓN: 6
Lunes 25 de Octubre

El cine iraní posee un adn consistente, hasta el punto de que un cineasta principiante sale, sin complejos, a volar solo. Transitando nuevos caminos, nada de andar por espacios trillados, evitando en la medida de lo posible los lugares comunes.
Este joven narra en Jade Khaki algo tan poco novedoso como el éxodo obligado y sin papeles, que anega en nuestros días los países ricos; esos mismos que critican a sus gobiernos, pero sienten como una amenaza a quienes huyen buscando mejores condiciones de vida. La originalidad, por supuesto, no está en el tema, aunque justo es que se hable constantemente de ello, por si alguien aún no se ha enterado; lo novedoso está en la manera de contar, que, al estilo de la Vida es bella (Roberto Benigni), convierte este doloroso acompañamiento del viajero en una road-movie de vis cómica, con simbolismos y ensoñaciones musicales incluidas.
Reírse es terapéutico y las situaciones divertidas, los personajes hilarantes, funcionan de manera similar en todas las culturas. Por más diferencias que tengamos, reír nos une y es una válvula sin la que sería muy difícil afrontar la cotidianidad (la nuestra y la de otros).
No carece esta ópera prima de misterio y dinamismo, aunque parte de la historia transcurra dentro de un coche; como si Kafka y Buster Keaton hubieran colaborado en el guión.
Por separado todo funciona de maravilla. En cuanto este muchacho afine con el ensamblaje será un digno hijo de su padre, el enorme: Jafar Panahi
MI CALIFICACIÓN: 6,5O
MALÍ TWIST (Robert Guédiguian-Francia)
La República de Mali, de gran extensión y sin salida al mar, se independizó (y esto sí es un eufemismo) en 1960 de Francia que la había mantenido colonizada desde finales del siglo XIX. Durante unos pocos años fue dirigida por un sistema de partido único hasta que los militares (todos sabemos al servicio de quien) fueron imponiendo el criterio de la fuerza y el “ordeno y mando”
Guediguian aprovecha el momento histórico de la llegada de los socialistas al poder para contarnos la historia de una joven pareja que ve luz en el horizonte, ¿o es un espejismo?
Por vez primera, el comprometido director se descabalga de su grupo actoral y familiar, se traslada a África, en plan aventurero, y, sin que un solo blanco aparezca, pone en pantalla una historia universal de amor eterno, inserta en un mundo convulso, en el que los buenos sentimientos y el sentido común cotizan a la baja.
A ritmo de banda sonora occidental de los 60, con incrustaciones tradicionalistas y autóctonas, Bamako parece despertar de una modorra de décadas opresivas.
¿Puede un pueblo joven e ilusionado salir de la noche de los tiempos sin resultar deslumbrado?
Las reflexiones socio-políticas del buen Robert sobre el miedo a la libertad, el síndrome de Estocolmo de los pueblos esquilmados por la ocupación extranjera, la rebeldía juvenil, el progresivo y desacelerador pragmatismo de las revoluciones…, desembocan en un análisis sobre el resultado, poco alentador, que propician los, poco fiables, mecanismos que los imperios ponen en marcha para desechar a los vapuleados ciudadanos de casta inferior.
De aquellos polvos, resume el hombre que sigue impertérrito luchando contra molinos de viento, estos lodos
MI CALIFICACIÓN: 7,50
LA PEOR PERSONA DEL MUNDO
Discutibles referentes
El retrato que Joaquín Trier ha querido hacer de su generación (el dibujante de cómics) y la que le pisa los talones (Julie) está dividido en una docena de actos, con un prólogo y un epílogo, con la intención, supongo, de diseccionar cada aspecto: académico, laboral, pareja, sexo, familia, relaciones sociales…
Nuestra chica: culta, liberada, decidida; a veces desenfrenada y borde, otras, dulce y encantadora; transita por unas tierras (Noruega) que, no nos engañemos, condicionan mucho su estilo de vida. Sus problemas cotidianos nada tienen que ver con los que afrontan, por ejemplo, los europeos del sur. De ahí que nos parezca frívola en ocasiones y que no empaticemos con algunas de sus fulgurantes decisiones.
Su situación y estatus, que le garantiza no ocuparse en “nimiedades”, como las que tienen que ver con la falta de trabajo, los hijos, cuidado de mayores, hacer frente a los gastos más elementales, etc. etc., también la catapulta hacia un mundo que curiosamente está reñido con la felicidad; porque los, y las, onanistas solo disfrutan de lo suyo, privándose del gozo de los demás que, a poco que lo intentes, acabará por contaminarte y verás que su infestación es bienvenida.
Las generaciones, aunque cada vez cumplen más años, mueren antes, desaparecen, su influencia dura poco en una sociedad cambiante que se autofagocita a toda velocidad. El sistema se carga las posibilidades familiares, amistosas y rinde culto al individualismo, cuya máxima expresión es la soledad.
MI CALIFICACIÓN: 7,50
Miércoles 27 de Octubre
Cisjordania es un lugar donde la existencia está cargada de sorpresas, gran parte de ellas desagradables.
Una peluquería puede ser un entorno ideal para que los servicios secretos israelíes introduzcan células informativas y, a la vez un objetivo a vigilar por la resistencia palestina. Se habla mucho en el Salón de Huda y, en un territorio ocupado, en guerra permanente, las paredes tienen orejas y cualquier palabra valor añadido.
Reem, la protagonista, es una víctima propiciatoria por su doble indefensión: ser palestina y mujer.
El director, que ya nos impresionó con Paradise Now y Omar, desarrolla otra vez su doloroso y privilegiado conocimiento, por su proximidad al conflicto que, como todos cuantos habitan la zona, sienten en carne propia.
Los hechos que acontecen en la ficción, hunden sus raíces en sucesos similares que tuvieron lugar en la franja, y que llevaron a que alguna de las mujeres implicadas haya de estar protegida, en total clandestinidad, desde hace 20 años.
El miedo a la muerte no es lo peor, el pánico lo produce el hecho de dejar la vida en manos de los siniestros e inabordables acontecimientos.
El eterno conflicto, narrado sin visos de solución por Hany Abu-Assad, nos sumerge en un mundo con poca luz y escaso aire
MI CALIFICACIÓN: 8
EL PERDÓN (Maryam Moghadam, Behtash Sanaeeha-Irán)
Rompiendo becerros de oro
Audrey Diwan traduce en imágenes la novela de Angie Ernaux (Lillebonne-1940), mujer valiente y militante que convirtió en literatura sincera los sucesos más importantes de su vida: su adolescencia, su matrimonio, el Alzheimer de su madre, el cáncer de mama que superó... y su propio aborto (L’événement), cuando en Francia estaba prohibido y perseguido.
La directora, de origen libanés, no solo ha recreado en la pantalla la obra autobiográfica de este referente de la lucha feminista más inflexible, también ha respetado el lenguaje directo y tozudo que la autora utilizó para defender sus posturas y lo que ella consideraba derechos de la mujer que aún estaban sin reconocer.
Una joven estudiante concienzuda y atrevida ve despejado su camino; en el horizonte esperan su pasión (escribir) y la libertad de hacer con su cuerpo y mente lo que le venga en gana. Un estúpido error, ese “que convierte a muchas en amas de casa”, no va a impedir que Anne luche por sus objetivos. Aunque todavía queden unos pocos años para Mayo del 68 y aunque deba utilizar métodos poco recomendables.
Si hoy en día este tipo de decisiones, que corresponden exclusivamente a las que tienen que parir, siguen levantando tanta polémica en los países más avanzados; imaginaos cómo eran las cosas hace seis décadas. O mejor que veas esta buena adaptación de una cineasta comprometida que te lo cuenta, sin ambages ni paños calientes. Hasta el punto de que en La Seminci 2021 (donde el nivel de comprensión es muy alto) he presenciado cómo algunos abandonaron la sala, supongo que ofendidos por la dureza (más que justificada) de la propuesta.
MI CALIFICACIÓN: 7,50
HIVE (LA COLMENA) (Blerta Basholli-Kosovo)
Sin obreras la colmena no funciona
Kosovo, es un lugar en constante ebullición, como el resto de los Balcanes. Hace 20 años se vio envuelto en un conflicto civil entre serbios y albano-kosovares; dos etnias enfrentadas con intereses creados a su alrededor. Por un lado el vecino del norte y los nacionalismos, por el otro los Estados Unidos y la OTAN con sus políticas invasoras y geoestratégicas; en medio el amedrentado pueblo, cordero siempre disponible para el sacrificio.
Como en toda guerra, la primera víctima es la verdad y la propaganda (algunos con más capacidad financiera que otros para engañar) acaba provocando confusión y envenena el día a día de las poblaciones afectadas.
El tema de los desaparecidos se repite en todas las zonas de extrema violencia civil. En su primera realización, Blerta Basholli nos narra los años posteriores de las víctimas vivas, las que tienen que salir adelante a pesar del dolor, la desconfianza y el abandono general de los “salvadores”de distinto signo.
Fahrije tendrá que afrontar, además de las brutales secuelas de los despropósitos militaristas, su condición de mujer cabeza de familia y emprendedora; en una comunidad anclada en la tradición machista de la que llegan a participar las propias interfectas..
La sonoridad, que acaba imponiéndose, no sólo es la solución para ellas, a nivel local. Tal vez sea el último recurso, la última revolución global, que nos mejore como seres humanos y nos permita recuperar la cordura en un mundo que se dirige, en estampida, hacia la imbecilidad absoluta.
MI CALIFICACIÓN: 6,50
I’M YOUR MAN (EL HOMBRE PERFECTO)
(Maria Schrader-Alemania)Las relaciones entre humanoides, máquinas inteligentes, robots colaboracionistas..., y las personas, ha sido tratado repetidas veces en el cine; alguna de ellas con excelentes resultados: 2001 una odisea en el espacio, Blade Runner... y no hace mucho tiempo, algo parecido al amor entre un sistema operativo de voz seductora y su desamparado propietario, bajo la genial dirección de Spike Jonze (Her). Todo este género estaba englobado en el género de la ciencia ficción. Hoy no nos atrevemos a colocar esta etiqueta, tan próximas sentimos ya las inevitables compañías de androides; nicho de oportunidad, como se dice ahora, para los diseñadores científicos en un mundo de seres individualizados y solitarios.
La decisión de Maria Schrader de utilizar el vehículo de la comedia, bajo mi punto de vista, rebaja las posibilidades de profundizar en el aspecto filosófico y moral que plantea el romanticismo entre seres animados con sangre y esa especie de clones informáticos, complacientes y seductores.
Un elegante compañero de cócteles, una enciclopedia andante y parlante o un amante ideal, solo sirven a Alma, la probadora de Tom, para ser consciente de todas las carencias que arrastra, por no haber dedicado más vida a las cosas que realmente importan; pero también para plantearse si ya no es tarde para recuperar el tiempo perdido.
Lo que sí interpreto del éxito en un futuro inmediato del próximo rey, en el mercado de los circuitos integrados, es que no serán consecuencia de un caprichoso y apetecible avance tecnológico, que podría resultar divertido; serán un sucedáneo que el sistema convertirá en imprescindible para tapar las goteras afectivas, que él mismo ha provocado.
MI CALIFICACIÓN: 6,50
COMPARTIMENTO Nº 6 (Juho Kuosmanen-Finlandia)
¡Quién lo iba a decir!
En el Nº 6 de un vagón de tren que se dirige a uno de esos lugares donde no querría ir nadie, viaja una chica finlandesa, educada, soñadora y sedienta de nuevas experiencias. Ha dejado atrás, en Moscú, una dulce y transitoria relación amorosa, que contrasta con el insolente y maleducado acompañante que la mala suerte le ha deparado.
Lo que comienza siendo una auténtica pesadilla se convertirá en una travesía iniciática, para la protagonista, su peculiar cicerone y para los espectadores de la sala, que iremos asumiendo y aprendiendo junto a ella que los estereotipos no son para nada inmutables y que en ocasiones obraríamos mejor tomando el camino contrario a sus directrices.
Juho Kuosmanen, hace un planteamiento más que interesante sobre los miedos permanentes que nos impiden descubrir nuevas gentes y sitios inexplorados. No hay vida sin aventura, viene a decirnos el director finlandés que juega con el público, riéndose amistosamente del concepto de corrección que guardamos en la buchaca.
Nos invita a montar en un tren claustrofóbico, transitar 1.600 kilómetros por encima de la capital rusa, en medio de vendavales y tormentas de nieve, abrevar en lugares inhóspitos donde solo el vodka deshace el hielo…
Y todo para llegar a Múrmansk, allá por Laponia, en la frontera norte de Noruega y Finlandia, en pleno Ártico; porque a esta muchachita nórdica, alguien le han dicho que hay petroglifos en algunas rocas, por aquella zona, que ni siquiera sabemos si estarán visibles.
Queda claro, en Compartimento Nº 6, que lo importante es trasladarse, cambiar; lo de menos es adónde y el por qué.
MI CALIFICACIÓN: 7
Viernes 29 de Octubre
LA CHICA Y LA ARAÑA
(Ramón y Silvan Zürcher-Suiza)Intuimos que a esta mudanza le faltan claves que los directores no han querido darnos. Es posible que se encuentren dentro de alguna de las cajas con las que nos tropezamos por los pasillos. Tal vez consideren que con todos esos cortes desordenados, sueños confusos, conversaciones a media voz, gestos y miradas cómplices, comentarios afilados, vecinos misteriosos..., somos nosotros, los espectadores quienes hemos de montarnos la película. Y si no queda más remedio lo intentamos.
La persistencia del tema musical “Voyage, voyage” (Desireless -1986), como vehículo emocional que se lleva y trae nostalgias de las ocasiones perdidas, los amores náufragos, el vacío existencial y la frustración por lo que nunca será, convierte a la canción en un personaje más, como lo son el gato, la araña y el piano de la camarista del crucero. Un halo poético sobrevuela las estancias que se vacían, nada volverá a ser lo mismo.
La chica, la que menos colabora con el traslado de la que fue su mejor amiga, la que se queda, parece tejer una telaraña compleja de hilos dispares y distintos materiales pegajosos, su método para cazar y una cruel manera de relacionarse.
¿Gustarme?. Pues no, no me ha gustado; pero me ha dado pie para hacerme una paja mental. Algo más placentero que patear enfurecido, como hicieron algunos en la sesión de la mañana del Carrión en este Viernes otoñal de la Seminci-2021...
MI CALIFICACIÓN: 5,50
LA MIF (THE FAM) (Frédéric Baillif-Suiza)
Saltar del nido, sin paracaídas
El director de este drama, Fréderic Baillif, es asistente social y su película es precisamente un ejercicio de integración, en este caso de un grupo de jovencitas que irán, a lo largo del metraje, descubriéndonos las verdaderas razones de su estancia y qué esperan del futuro inmediato, al que casi todas tienen verdadero pánico; porque significará volver a la intemperie, abandonar el refugio, en el que la mayoría han recibido las únicas muestras de afecto y cariño. Las protagonistas saben bien de lo que habla el guión pues pertenecen a uno de esos hogares de convivencia.
Valiéndose del uso, muy dinámico, del flashback el realizador suizo (48 años) no se limita a repasar las duras experiencias personales de las chicas, aprovecha también para bucear en el deterioro por proximidad de los trabajadores, psicólogos y dirección; en sus disensos con la administración y en la denuncia implícita por el abandono y falta de seguimiento de estas criaturas al cumplir los dieciocho años.
MI CALIFICACIÓN: 6,50
La instintiva rebeldía de un ser pacífico
En algún remoto lugar del interior de Costa Rica, sin mar, pero con un bosque tropical lamiendo poblados y fincas dispersas, hayamos a Clara, una inocente criatura de 40 años que habla con la naturaleza, con su caballo blanco y, según su mamá, también con Dios y la Virgen que, a falta de talento para defenderse de la maldad, le han concedido el don de curar al prójimo.
La aparición de un hombre que ayudará a la familia en las faenas del campo será el desencadenante que despertará en la mujer-niña otras apetencias que tienen que ver con el sexo y la libertad.
Esta obra de Nathalie Álvarez Mesén sirve para introducir en España, a través de la Seminci 2021, un nuevo aspecto cultural costarricense desconocido para nosotros: el cine. Una industria, por otro lado, escasa en este pequeño país de América Central, del que conocemos casi exclusivamente su vertiente turística (playas, volcanes y selvas).
Interesante la visión antropológica de la directora, que vivió en el istmo y ahora está afincada en Suecia, apoyándose en actores no profesionales y creando una atmósfera poética con brochazos de naturaleza mágica.
MI CALIFICACIÓN: 5,50
Sábado 30 de Octubre
La madre es una señora avinagrada, impertinente, metomentodo, desconfiada..., en fin, alguien con un horizonte totalmente despejado de virtudes. Estela, además de víctima de los malos humores de la mamá, es un modelo de infinita paciencia. Pero las dos tienen algo en común: la rara dependencia, esa necesidad simbiótica de permanecer juntas; más extraña aún en el caso de la menor que se ve abducida en todo momento por doña Clota y sus innumerables subterfugios, a cual más impropio y grosero.
El camino hacia la costa se ve salpicado de paradas, para fumar principalmente, y problemas añadidos: una pertinaz tormenta y algún incidente mecánico del autobús, que van aliñando con otros ingredientes esta road movie, sobradita ya de elementos acéticos.
El duelo interpretativo, puro teatro, de las dos damas, es de un gran nivel; y la conducción de la realizadora argentina lo suficiente fluido, para que no perdamos ni un solo debate o pensamiento; se exprese, o no, con la palabra.
Aunque en esta 66 Seminci ha habido grandes interpretaciones femeninas, yo hubiera dado ex-aequo la Espiga, a las dos actrices que entregan cuerpo y alma a las siamesas juninenses.
Hay escenas y aspectos que tienen su interés y gracia: la apuesta inicial de moteros suicidas, los transportes con sus anuncios parlanchines, el desligar la agresividad de los impulsos sexuales dominantes... Pero la ligazón para montar un relato coherente falla de forma estrepitosa, al meter en la túrmix géneros cinematográficos tan dispares como las artes marciales, las tradiciones, el wéstern, el romanticismo, la mafia, el animismo...; y sobre todo, hacer el puré en proporciones inadecuadas.
Le han concedido el Premio de Fotografía en la 66 Seminci. Después de todo, las ofrendas a la diosa de la venganza han resultado rentables a los hacedores de este engendro, al que también han catalogado como comedia.
Los dos aman los libros, la poesía; parecen haberse enamorado. Juntos descubren la sensualidad y erotismo de los textos árabes del siglo XII y no dan crédito ante las restricciones del islamismo y las cerradas tradiciones de nuestros días. Son una invitación a disfrutar de la libertad. Pero él prefiere interpretar el desenfreno tan solo como una fiesta espiritual en la que el cuerpo ha de mortificarse, reprimir los impulsos hasta la llegada del momento adecuado, cuando el amor cuaje en un proyecto de familia y futuro.
Sirve a la directora esta relación de los dos estudiantes, para dar un pequeño tirón de orejas a la escasa integración por parte de la sociedad inmigrante, la que vive en el extrarradio parisino, aunque algunos sean de segunda generación, por seguir anclados en las costumbres de sus mayores sin plantearse cambios esenciales.
Lo que no se plantea, imagino que porque no toca, es si el conformismo y conservadurismo, que tiene que ver con la religión y las tradiciones, tendrá también que ver con la pobreza, la incultura y la indefensión de una gran parte de la mano de obra barata, invisibles hasta que algunos generan conflictos.
Espiga de Plata: Sis Dies Corrents (Neus Ballús)
Premio al Mejor Director: Fred Baillif (The Fam)
Premio Pilar Miró al Nuevo Director:
Behtash Sanaeeha y Maryam Moghaddam (El Perdón)
Premio al Mejor Actor: Yuriy Borisov (Compartimento Nº 6
Premio a la Mejor Actriz: Yllka Gashi (Hive)
Premio Miguel Delibes al Mejor Guion:
Premio del Público: Sis Dies Corrents (Neus Ballús)
Premio FISPRECI: The Worst Person in the World (Joachin Trier)
No hay comentarios:
Publicar un comentario