De Tal Padre, Tal Hijo
30 y 31 de Enero
Sala Avenida - Jaraíz
21 : 00 Horas
DIRECTOR
Hirokazu Koreeda
GUIÓN: Hirokazu Koreeda
FOTOGRAFÍA: Mikiya Takimoto
REPARTO: Masaharu Fukuyama, Yôko Maki, Jun Kunimura, Machiko Ono, Lily Franky
GÉNERO: Drama | Familia
PAÍS: Japón
DURACIÓN: 120 Min.
SINOPSIS
Ryoata, un arquitecto obsesionado por el éxito profesional, vive
felizmente con su esposa y su hijo de seis años; pero su mundo se viene
abajo cuando los responsables del hospital donde nació su hijo le
comunican que, debido a una confusión, el niño fue cambiado por otro.
¿Quién es quién?

Además de las citadas, son obra también del japonés: Maborosi (1995), Without Memory (1996), After Life (1998), Distance (2001) y Air Doll (2009)
Y me parece a mi
No existe "la misma sangre", es un convencionalismo posesivo
De Tal Padre, Tal Hijo fue vista por 53 espectadores
La nota media de esta película, según puntuación de nuestros seguidores, fue: 8,00
De las siete películas que he visto de
Koreeda, sigue siendo Still Walking la que más hondo me caló. Pero esa
resignada atmósfera de que para sobrevivir con cierta dignidad hay que
ser buenos encajadores, sigue presente en la mayoría de sus obras.
Mejor, sin duda, tener cintura ante los embites que el destino nos lanza
de cuando en cuando; y en esta tesitura da igual ser más o menos rico,
difícilmente lo material curará las enfermedades del alma.
La sociedad nos dicta quién es triunfador, quién es políticamente correcto y quienes deben ser nuestros referentes; pero cuando nos quedamos a solas con nosotros mismos, perdemos el control por desconocer el nuevo escenario o se nos descoloca una pieza del tablero, como le sucede a Ryoata, todo se tambalea a nuestro alrededor. Si los idólatras del éxito profesional interiorizaran esta ineludible realidad, ¡otro gallo nos cantaría a todos! Ya lo decía León Tolstoi: “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad.”
Las reflexiones que propone esta curiosa historia de hijos intercambiados en la cuna del hospital, error que se descubre seis años después, no se limitan a qué hacer con las criaturas; también a cómo han sido educados unos y otros (padres y abuelos), si fueron o no queridos en su infancia y si como consecuencia de ello arrastran traumas que les discapacitan para afrontar soluciones, en las que no importa el dinero si no los afectos.
Yo creo que en una sociedad sin tantos inútiles convencionalismos la respuesta, en el caso que nos ocupa, estaría clarísima: tus padres son quienes te alimentan, te cuentan cuentos, juegan contigo y velan por tu bienestar; y, por supuesto, puestos a optimizar y endulzar, mejor tener dos padres y dos madres que no tener ninguno.
La sociedad nos dicta quién es triunfador, quién es políticamente correcto y quienes deben ser nuestros referentes; pero cuando nos quedamos a solas con nosotros mismos, perdemos el control por desconocer el nuevo escenario o se nos descoloca una pieza del tablero, como le sucede a Ryoata, todo se tambalea a nuestro alrededor. Si los idólatras del éxito profesional interiorizaran esta ineludible realidad, ¡otro gallo nos cantaría a todos! Ya lo decía León Tolstoi: “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad.”
Las reflexiones que propone esta curiosa historia de hijos intercambiados en la cuna del hospital, error que se descubre seis años después, no se limitan a qué hacer con las criaturas; también a cómo han sido educados unos y otros (padres y abuelos), si fueron o no queridos en su infancia y si como consecuencia de ello arrastran traumas que les discapacitan para afrontar soluciones, en las que no importa el dinero si no los afectos.
Yo creo que en una sociedad sin tantos inútiles convencionalismos la respuesta, en el caso que nos ocupa, estaría clarísima: tus padres son quienes te alimentan, te cuentan cuentos, juegan contigo y velan por tu bienestar; y, por supuesto, puestos a optimizar y endulzar, mejor tener dos padres y dos madres que no tener ninguno.
Jaht
De Tal Padre, Tal Hijo fue vista por 53 espectadores
La nota media de esta película, según puntuación de nuestros seguidores, fue: 8,00
Notas del Avefría
La banda sonora
de la película se encuentra basada fundamentalmente en los acordes del
piano. Apoyándose en estos esenciales elementos musicales, va dotando al film de una cadencia sosegada y serena, lo que contribuye al logro de una de las obras más
íntimas y sentimentales del director Hirokazu Kore-eda.
“Las variaciones de Goldberg” de Bach y “Las variaciones para piano” de
Beethoven, interpretadas por Glenn Gould, fusionan con las escenas y momentos más destacados de la cinta, redondeando la sabia delicadeza del film.