Black Dog
(Gou zhen)
Jueves 30 de Octubre/2025
Sala Avenida/Jaraíz
20:30 Horas
SINOPSIS
En los alrededores del desierto de Gobi, en el norte de China, en los días previos al inicio de los Juegos Olímpicos de Pekín, Lang, un exconvicto, regresa a su ciudad, ahora semiderruida y casi fantasmal, en la que apenas queda ya gente. Allí se encariña con un perro negro desvalido que le acompañará en su recorrido al interior de este árido lugar que un día fue un hogar.
¿Quién es quién?
Guan Hu (Beijing-China- 1968) es un director de cine asociado con el movimiento de la Sexta Generación.
Es conocido por dirigir los largometrajes Mr. Six (2015), The Eight Hundred (2020) y Black Dog (2024).
Graduado en la promoción de 1991 en la Academia de Cine de Pekín, Guan se convirtió en el director más joven del Estudio de Cine de Pekín . En la década de 1990, dirigió varias películas que lo consolidaron como una voz importante de la sexta generación, sobre todo con su debut, Dirt, de 1994. Dirt, una representación de la escena musical rock de Pekín, se filmó con un presupuesto limitado y fue financiada principalmente por la actriz principal, Kong Lin. Esta película se compara a menudo con otra de sexta generación sobre la escena rock de Pekín, Beijing Bastards, de Zhang Yuan. A diferencia de esa película, Guan Hu pagó casi 2000 dólares estadounidenses por la afiliación a un estudio estatal, lo que permitió que la película se distribuyera en China y se proyectara en el extranjero con la aprobación de los reguladores estatales.
Y no podíamos pasar por alto la aparición en el film del gran director Jia Zhangke (Shanxi, 1970) que realizó su primera película, Xiao Wu, en 1998.Vive en Pekín y participa activamente en el desarrollo del cine independiente en China. En esta ocasión, forma parte del grupo actoral.
Zhangke, un auténtico referente en el cine actual tiene en su zurrón obras tan notables como: Shijie (2004), Naturaleza muerta (2006) y Un toque de violencia (2013)... Esta última pudimos disfrutarla en nuestro Cineclub
Y me parece a mi
Lang, el mejor amigo del perro
Acabo de ver Black Dog y ya sé que será una de las que estará conmigo para siempre. Esa conexión que se establece entre un cineasta de Pekín y un espectador sentado en la butaca de un teatro-cine (sí, todavía, por fortuna) de un pueblo extremeño, solo se explica por la magia del arte en general; y, en este caso, del séptimo en particular. Algo tiene Guan Hu, además de perro, que coincide con mi modo de ver la vida y el mundo, y eso consigue que te sumes fácilmente a su club de optimistas bien informados, término que utilizaba José Saramago para definir a los pesimistas.
Lang retorna, tras diez años de ausencia forzada, a su ciudad, limítrofe con el desierto de Gobi. En este período, el lugar ha experimentado un declive paralelo al de su propia existencia.
El gobierno chino ha decidido una "vida mejor" para sus convecinos, que van siendo movilizados hacia emplazamientos que llaman de reubicación. Por otra parte, los canes abandonados se multiplican y están invadiendo las tierras y casas vacías, causando problemas de salubridad que obligan a las autoridades a su captura.
En este contexto comienza la relación entre el ex-presidiario (también ex-celebridad motera) y un galgo negro, chocando en un principio dos caracteres rebeldes que terminarán por cuajar en una profunda amistad.
Es el verano del 2008 y las Olimpiadas están a punto de iniciarse no demasiado lejos de allí. Para algunos, aquellos actos y fastos no tienen la menor importancia; unos ya agotaron las reservas de ilusión y otros son inmunes a la propaganda y las promesas de bienestar.
El protagonista no puede hablar más alto con menos palabras y dignifica en todo momento su condición de paria, levantando un monumento a la fidelidad y el cariño de los pocos que lo merecen. La fotografía es memorable y los paisajes del páramo trasladan grandeza y espiritualidad, en contraste con una civilización caduca a punto de ser engullida por la arena.
Jaht



















