Como en anteriores temporadas, hacemos un pequeño paréntesis en las celebraciones (más para unos que para otros) navideñas. Y también aprovechamos para dejaros nuestro Christmas habitual que, ahora que los bulos son "fashion", nos diseñó El Roto, nuestro sastre favorito. No lo olvidéis:
FELIZ, ¡eso sí!, lo que sea. Y que prosperen otros nuevos (creo que se dice así).
También deseamos (aunque con sordina) que vuestros banquetes no terminen como el que fotografió Lola Gaos, con un objetivo insuperable, hace 63 años:
Vuelven las proyecciones el Jueves 9 de Enero, de ese año que se nos avecina con una rima terrible.
Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el castillo, es recibido por el siniestro conde. Al día siguiente, Hutter amanece con dos pequeñas marcas en el cuello, que interpreta como picaduras de mosquito. Una vez firmado el contrato, descubre que el conde es, en realidad, un vampiro. Al verle partir hacia su nuevo hogar, Hutter teme por Ellen.
¿Quién es quién?
Friedrich Wilhelm Murnau (nacido Friedrich Wilhelm Plumpe; Bielefeld, Westfalia; 1888-Hollywood; 11 de marzo de 1931) fue un director de cine alemán. Fue uno de los más influyentes y valiosos directores de la época del cine mudo; hizo más de quince películas en Alemania, pero en sus últimos años rodó otras cuatro en los Estados Unidos (1926-1931), de un modo así mismo sobresaliente.
Estudió literatura, historia del arte, filosofía y música en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, antes de instruirse en teatro y cinematografía junto a Max Reinhardt, con quien llegó a colaborar. En 1909, para no perturbar a su familia con el apellido Plumpe, adoptó el nombre artístico F. W. Murnau.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se interrumpió la carrera teatral, pues Murnau se unió al combate como piloto aéreo, y sufrió un grave accidente aéreo en Suiza.
Al finalizar la contienda, Murnau pudo adscribirse, aunque sólo en parte, a ese movimiento expresionista, dentro del cine alemán, que se desarrolló durante la década de 1920, produciendo una obra variada y originalísima, ya en Berlín, en la que asimismo se nota el eco de Max Reinhardt. En todo caso, debe verse también como una prolongación del romanticismo alemán.
Su prestigio le condujo a ir a la capital del cine estadounidense con un contrato con la Fox, entre 1926 y 1931 (aunque intentó trabajar de nuevo en Alemania, de la que no estaba desconectado en absoluto). Poco después de la finalización del rodaje de su último film americano, y antes del estreno, Murnau murió tras un accidente automovilístico, en Santa Mónica, el 11 de marzo de 1931.
Fue enterrado en Alemania, en el cementerio de Stahnsdorf, cerca de Berlín, en el mausoleo familiar con sus padres y hermanos. En los años 70 la cripta fue profanada y el ataúd abierto, pero décadas más tarde sucedió algo peor. El 15 de julio de 2015 se descubrió que la entrada al mausoleo había vuelto a ser forzada. Ahora, además de volver a abrir el ataúd con una palanca, se habían llevado el cráneo. Los restos recientes de cera derretida sobre el ataúd apuntan a un ritual satánico.
Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, era una adaptación peculiar de la célebre novela Drácula de Bram Stoker, lo que provocó la denuncia de su viuda por infringir los derechos de autor, pues no se pagaron los debidos derechos. Murnau perdió el pleito y fue condenado a destruir todas las copias, pero unas pocas se almacenaron y conservaron, lo que permitió que en la actualidad Nosferatu esté perfectamente disponible para el público en general.
Casi tan importante como Nosferatu en la filmografía de Murnau fue Der Letzte Mann (El último), de 1924. A menudo considerada la segunda mejor película de todos los tiempos por los críticos internacionales, la película introdujo la cámara de punto de vista subjetivo, donde la cámara "ve" como los ojos del protagonista, y los efectos visuales para representar la alteración del estado psicológico de un personaje.
Der Letzte Mann es, con su Tartufo, de 1926, el film más ambicioso del director. En ambos casos, resalta el tema de la apariencia, pegada casi a la piel de sus personajes. En Herr Tartüff, basado en la comedia de Molière pero de un modo muy alemán, vuelve a trabajar con el mismo equipo (Carl Mayer, Emil Jannings], para narrar la hipocresía de un individuo presuntamente virtuoso que quiere adueñarse de una fortuna.
La última película alemana de Murnau fue la carísima Fausto (1926), con Gösta Ekman de protagonista, Emil Jannings como Mefistófeles y Camilla Horn como Gretchen. La película de Murnau imita el ritmo clásico de la historia de Fausto de la versión de Goethe, pero su narración es muy personal. Cuidado, tranquilo e innovador, la película contiene muchas imágenes memorables y efectos especiales alarmantes, con una cuidada atención a los claroscuros.
Murnau emigró a Hollywood en 1926, donde trabajó para la 20th Century Fox. Realizó en 1927 Amanecer (Sunrise), citada como una de las mejores películas de todos los tiempos, que recibió el primer Óscar a la mejor calidad de producción, otorgado al propio director.
Este discípulo de Max Reinhardt fue un maestro de la puesta en escena, en el empleo de los espacios urbanos y de la naturaleza como expresión emocional y lírica, así como en el manejo psicológico de unos personajes marcados, en general, por el fatalismo y la búsqueda en un contexto infausto.
Jorge Gil Zulueta (Barcelona 1966), acompaña este clásico en una nueva
adaptación de fragmentos de la música original de Hans Erdmann
(utilizada en la premier de Berlín de 1922) junto a piezas de Giuseppe
Becce (uno de los compositores pioneros del cine “mudo) y piezas
originales compuestas para la ocasión.
El primer cine del terror (perteneciente a la etapa denominad como ‘muda’),
sentó unas bases a veces difícilmente superables, al tiempo que se le
homenajea constantemente. Siempre con la necesidad de rescatar ese
primigenio cine para el público actual, la mejor forma de hacerlo es a
través del cine -concierto.
"Mi nombre es Jorge Gil Zulueta y empleo el mismo como artista, aunque en ocasiones he empleado el nombre artístico de George Hill para mis proyectos relacionados con el piano blues y el ragtime. Por tanto, soy pianista, pero también docente e investigador musical, labor que desempeño con el actual doctorado de la Universidad Complutense de Madrid para mi futura tesis sobre los pianistas españoles en el cine mudo.
El piano siempre ha sido mi medio de expresión y con él, de forma transversal, me gusta conformar proyectos que tienen un componente didáctico importante…de hecho mis conciertos son siempre comentados. De esta manera diseño programas de conciertos temáticos en función de los repertorios que voy manejando.
Un componente importante es el acompañamiento musical de diversas películas de cine mudo y el otro es el que desarrollo desde hace 3 años: recuperar y reivindicar el repertorio de Scott Joplin con ragtime clásico, profundizando en su estilo y evolución hasta llegar al jazz."
Estaba pasando
Muere la actriz Marisa Paredes a los 78 años
El cine español despide este martes a una de sus grandes intérpretes, Marisa Paredes, que ha fallecido a los 78 años. Una de las actrices más emblemáticas del universo de Pedro Almodóvar, pero de muchos más. Trabajó para cineastas como Fernando Trueba, Arturo Ripstein, Jaime Rosales, Jaime Chávarri, Guillermo del Toro y Roberto Benigni. Una mujer comprometida política y socialmente, que fue presidenta de la Academia de Cine en una de sus etapas más controvertidas, con el inicio del conflicto bélico en Irak.
Alguna de sus películas: Ópera prima (Fernando Trueba), Las bicicletas son para el verano (Jaime Chávarri); Tras el cristal (Agustí Villaronga); Tacones lejanos, La flor de mi secreto, Todo sobre mi madre, Hable con ella, La piel que habito (Pedro Almodóvar); Profundo carmesí, El coronel no tiene quien le escriba (Artur Ripstein); La vida es bella (Roberto Benigni); El espinazo del diablo (Guillermo del Toro)...
Austria, siglo XVIII. Pueblos rodeados de profundos bosques. En lo alto de una colina, una mujer ha sido ejecutada y expuesta a la vista de todos tras matar a un bebé. Como prueba. Como advertencia. ¿Como un presagio? Agnes, profundamente religiosa y muy sensible, se casa con su amado Wolf y se prepara cándidamente para una vida de esposa. Poco después, su cabeza y su corazón empiezan a sentirse pesados. Día tras día, se ve cada vez más atrapada en un camino turbio y solitario que la conducen a los malos pensamientos. Quizá... no sólo pensamientos.
¿Quién es quién?
Veronika Franz (nacida en 1965) y Severin Fiala (nacido en 1985) son un dúo de cineastas austríacos. Franz es pareja del director Ulrich Seidl y Fiala es sobrino del cineasta.
Franz, ex periodista de cine, comenzó su carrera cinematográfica coescribiendo con Seidl. Veronika y Severin comenzaron su asociación creativa escribiendo y dirigiendo Kern (2012), un documental sobre el actor Peter Kern. Luego ganaron reconocimiento internacional por su debut en largometrajes, la película de terror psicológico en alemán Goodnight Mommy (2014), que fue seleccionada como la entrada austriaca a la Mejor Película en Lengua Extranjera en la 88.ª edición de los Premios Óscar.
En 2019 escribieron y dirigieron, bajo bandera inglesa, Lodge (La cabaña siniestra).
Y me parece a mi
La religión como parte del problema
Las razones por las que las personas pasan de estar entre nubes de algodón (alegría) a caer en los pozos más profundos y hediondos (depresión), aunque tienen también componentes circunstanciales, son motivaciones alejadas del simple entendimiento humano, aún en nuestros días, doscientos cincuenta años después de que Agnes se viera inmersa sorpresivamente en el terrible baño del diablo.
En el siglo XVIII, en algún lugar de Austria, entre bosques y oscuras aldehuelas los seres humanos intentaban encontrar el unicornio, que algunos decían haber visto, de la felicidad. Y se agarraban, como tabla de salvación, a lo que sus instintos, sus tradiciones, su cortedad empírica y las tediosas e incongruentes recomendaciones eclesiásticas les señalaban. Escaso bagaje para tan duro camino.
Que sepáis que el período en el que transcurre la historia cierta de esta víctima propiciatoria, coincide con el final de la Edad Moderna, que va desde el llamado Descubrimiento a la Revolución Francesa; eso lo señalo para que tomen nota quienes consideran lo moderno como sinónimo de progreso y mayor bienestar. Pues bien, al margen de otras cuestiones siempre impregnadas por el dogmatismo de las diferentes sectas de engañabobos (iglesias); como podrían ser la homosexualidad (que en el relato aparece muy tímidamente), el miedo atroz a la muerte sin confesión o sentirse diferente al resto de la piara...; nuestros bichos raros, los más sensibles, cualquiera que se atreviera a cuestionar algunos preceptos, estaban condenados a la incomprensión y soledades más profundas.
En ese estadio se hallaba nuestra recién casada (casta y pura muy a su pesar) que llega a la conclusión de que se acabó el líquido del pozo de las ilusiones. De que solo en el más allá encontrará alivio, pero necesitará hacer las cosas bien para obtener confesión y tierra cristianizada.
Tras ser diagnosticada con una enfermedad terminal, Claudia decide emprender su último viaje a Suiza. Allí podrá decidir cómo y cuando terminar su vida gracias a la ayuda de una asociación de suicidio asistido. Flavio, que no se ha separado de ella en más de cuarenta años, decide unirse a este viaje sin retorno. Violeta, mientras tanto, se convierte en mediadora involuntaria entre sus padres y todo lo que dejan atrás, al tiempo que intenta encontrar su lugar en esta historia.
¿Quién es quién?
Carlos Marqués-Marcet (Barcelona, 1983) es un director, guionista y montador conocido principalmente por su primer largometraje de ficción 10.000 km.
Su segundo trabajo, para televisión, fue: 13 días de Octubre, sobre los últimos días del presidente de la Generalitat Lluis Companys.
En noviembre de 2017 estrenó su tercer largometraje, Tierra firme, protagonizada por Oona Chaplin, Natalia Tena y David Verdaguer.
En enero de 2019 en el Festival de Róterdam estrenóLos días que vendrán, una película que narra las vicisitudes, dudas y discusiones de una pareja con apenas un año de relación que van a tener un hijo sin haberlo planeado, rodado durante el embarazo real de la protagonista, María Rodríguez Soto, con su pareja en la vida real y coprotagonista de la película David Verdaguer. Este film pasó por el Cineclub.
En el Festival de Málaga de 2020, celebrado en el mes de agosto debido a la pandemia de Covid-19, presentó su largometraje La mort de Guillem, sobre el calvario judicial y la vida amenazada de la familia de Guillem Agulló tras su asesinato en 1993 a manos de neonazis.
Quinta aparición en El Gallinero de Ángela Molina Tejedor (Madrid-1955), una de las actrices más prolíficas del cine hispano: 160 películas hasta el día de hoy, con directores tan señalados como Luis Buñuel (Ese oscuro objeto del deseo-1977), Gillo Pontecorvo (Operación Ogro-1979), Elio Petri (Buenas noticias-1979), Marco Bellocchio (Los ojos, la boca-1982), Manuel Gutierrez Aragón (La mitad del cielo-1986), Jaime Chávarri (Las cosas del querer-1989), Ridley Scott (1492: La conquista del paraíso-1992), Pedro Almodóvar (Carne Trémula-1997), Giuseppe Tornatore (La desconocida-2006), Hnos Taviani (El destino de Nunik-2007)...; entre otros muchos. Nosotros la disfrutamos en: Al Sur de Granada (F. Colomo), Blancanieves (Pablo Berger), Lejos de los hombres (David Oelhoffen) y La Piedad (Eduardo Casanova).
Alfredo Arturo Castro Gómez (Santiago de Chile-1955) es un actor y director de teatro chileno. Es uno de los actores más respetados por la crítica latinoamericana, reconocido por su alto nivel de rigurosidad al encarnar múltiples personalidades en la transfiguración de sus papeles. Castro es fundador y director artístico de Teatro La Memoria.
Rinde su tercera visita al Cineclub en el que estuvo, nada menos, con: El Club y No, ambas de Pablo Larraín.
Y me parece a mi
Bon voyage
Reflexión sobre la eutanasia y sus implicaciones en el círculo familiar más próximo. Carlos Marques-Marcet y sus dos co-guionistas (Clara Roquet y Coral Cruz) nos llevan de la mano en lo que podría llegar a ser también el último viaje de algunos espectadores que, como Claudia, o Flavio, tengan decidida una puerta de salida diferente a las clásicas y convencionales que, no nos engañemos, cada vez convencen a menos gente.
Eso sí, este ejercicio de determinación de los protagonistas, está tratado con un exquisito cuidado, sin apologías ni tampoco reprobaciones. Endulzado, o al menos mitigado el impacto, por algunos números musicales, que convierten en algo más digerible esta "road movie" hacia la muerte.
La cultura occidental del tránsito, una vez distanciada de toda connotación religiosa, tiene que empezar a mirar a la cara lo inevitable, y eso es lo que hace en esta película el joven y atrevido realizador catalán; sin cargar en exceso las tintas, incorporando los pareceres individuales y libres de los ciudadanos (como el suicidio asistido) a lo cotidiano.
María, una joven escritora que acaba de ser madre, se topa con la noticia de un suceso estremecedor: una mujer francesa ha ahogado a sus gemelos de 10 meses en la bañera. María se obsesiona con ello, ¿por qué los mató? A partir de ese momento, la sombra del infanticidio la acechará como una vertiginosa posibilidad.
¿Quién es quién?
Mar Coll (Barcelona, 1981) es una guionista y directora de cine.
Estudió en el Liceo Francés y desde siempre le interesó el cine de este país.
La muerte de su abuelo y pasar por todo el proceso de resolver los asuntos triviales relacionados con la muerte, fue la puerta para escribir el guion de Tres días con la familia para el proyecto Opera Prima de ESCAC. Tras arrasar en la edición de 2010 de los premios Gaudí por este film, la joven directora se hace con el premio Goya a la Mejor directora novel. En 2013 estrenó su segundo largometraje, Tots volem el millor per a ella (Todos queremos lo mejor para ella) inaugurando la Seminci de Valladolid, que otorgó la Espiga de Plata como mejor actriz a Nora Navas, que también recibió otros premios, como el Gaudí a la mejor protagonista y una nominación al Goya.
Oriol Pla y Solina (Barcelona, 17 de abril del 1993) es un actor español de televisión, cine y teatro, conocido principalmente por papeles en series de televisión como Merlí y El día de mañana, y en las películas Ebro, de la cuna a la batalla, Truman e Incierta gloria. Esta es su cuarta visita al Cineclub, pues además de la película ya reseñada de Cesc Gay, le vimos en Petra (Jaime Rosales) y Creatura (Elena Martín).