sábado, 31 de marzo de 2012

Relatos de Don Wayne XXV


Pepe, “El Negro”.

"Pepe y su familia son auténticos profesionales, han hecho más por el cine que la mayoría de los críticos cinematográficos o los suplementos culturales de los periódicos. Gracias a ellos multitud de películas consiguen llegar a los rincones más insospechados."


                                                        
  25. Pepe, “El Negro”.



Nuestro colega Pepe, “El Negro”, es ese tipo de persona capaz de hacer amistades allí donde asienta el culo. De carácter bondadoso, jovial y honrado, adornado con una blanquísima sonrisa que abarca de oreja a oreja, el chaval es un ave para los negocios. Le trato desde que hace unos meses se trasladó a vivir aquí, a nuestro barrio, con toda su familia. Por lo visto, antes vivían en el campo, donde siguiendo una larguísima tradición familiar se dedicaban a la ganadería, a la cría de vacuno según tengo entendido. La gravísima crisis que azota a las comunidades rurales en tantos lugares empujó al clan familiar al abandono de los rebaños. En busca de un futuro más prometedor decidieron emigrar y, tras dar vueltas y revueltas de un lado a otro, acabaron por instalarse en esta ciudad. Ahora se dedican a la distribución cinematográfica. Por lo que cuenta mi amigo, se trata de un sector extraordinariamente competitivo que requiere iniciativa, tesón y dedicarle muchísimas horas si uno aspira a abrirse un pequeño hueco en ese mercado. Pepe y su familia son auténticos profesionales, han hecho más por el cine que la mayoría de los críticos cinematográficos o los suplementos culturales de los periódicos. Gracias a ellos multitud de películas consiguen llegar a los rincones más insospechados. Para los que tratamos con Pepe es un lujo tenerle cerca, él es quién nos mantiene al tanto de los últimos estrenos. Además, como el negocio familiar se basa en la distribución de películas en formato DVD, pone a nuestro alcance las novedades de la más rabiosa actualidad, muchas veces antes incluso de su desembarco en las salas. Lo pasamos bien con Pepe, como se dedica a lo que se dedica, se está convirtiendo en un verdadero cinéfilo: conoce muchísimos títulos, fechas de estreno, actores y actrices protagonistas, directores, nacionalidad, la vida y milagros de los argumentos… En el pasillo de su casa tiene pilas y pilas de películas, lo mejorcito de la cartelera, montones de copias que guardan en bolsones y maletas. Nuestro Pepe se lo ve todo y te puede recomendar cualquier cosa, vaya. Últimamente, Pepe, viene poco a clase, viaja mucho con su padre, intentan abrir nuevos mercados en las calles peatonales, mercados y ferias de otros pueblos de la provincia. A nosotros lo que nos apasiona es que nos cuente cosas sobre los intríngulis del negocio: lo de los chinos y el método de sacar copias de cien en cien con una “tostadora”, como acarrear el género de un lugar a otro sin levantar sospechas, el modo de abrirse hueco entre los puestos de un mercadillo, cuales son los mejores y más seguros puntos de venta, el racismo ruin con que son tratados por una parte de la clientela, las maneras de sortear el acoso policial o el trato que recibes en el calabozo si te pillan, las amenazas de expulsión... Pepe y su padre se patean la calle con el petate al hombro, la madre recorre las barras de los bares y las terrazas de los restaurantes ofreciendo las películas “a la mano” que es algo más seguro, aunque siempre se acaba por tropezar con algún cabronazo. Al padre ya lo han trincado varias veces, pero ahí sigue, inasequible al desaliento, como se dice comúnmente. En fin, que nos lo cuenta y parecen cosas como de película. A estas alturas no hará falta que os aclarare que mi amigo y su familia se dedican al manteo. Mi colega en realidad no se llama Pepe, se llama Mousa Mamadou Diao y es nigeriano, cuando aterrizó por aquí, por el Aula de Diversificación y empezó a relacionarse con nosotros a alguien debió parecerle que su nombre era demasiado complicado y exótico por lo que se nos ocurrió llamarle Pepe, para abreviar. Lo de “el negro” fue para aclararnos, para diferenciarle de los otros Pepes que pululan por aquí, por los pasillos del Instituto...


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