Toni Erdmann
23 de Febrero/2017
Sala Avenida - Jaraíz -
21:00 Horas
DIRECTORA
Maren Ade
GUIÓN: Maren Ade
FOTOGRAFÍA: Patrick Orth
REPARTO: Peter Simonischek, Sandra Hüller, Lucy Russell, Trystan Pütter, Thomas Loibl, Hadewych Minis, Vlad Ivanov, Ingrid Bisu, John Keogh, Ingo Wimmer, Cosmin Padureanu, Anna Maria Bergold, Radu Banzaru, Alexandru Papadopol, Sava Lolov, Jürg Löw, Miriam Rizea, Michael Wittenborn
GÉNERO: Comedia. Drama | Comedia dramática. Familia. Trabajo/empleo
DURACIÓN: 162 Min. PAÍS: Alemania
SINOPSIS
Inès trabaja en una gran empresa alemana establecida en Bucarest. Su vida está perfectamente organizada hasta que su padre Winfried llega de improvisto y le pregunta ”¿eres feliz?”. Tras su incapacidad para responder, sufre un profundo cambio. Ese padre que a veces estorba y que la avergüenza un poco le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann…
¿Quién es quién?
La directora alemana Maren Ade, nace en Karlsruhe, Alemania Occidental, en 1976. Vive actualmente en Berlín , enseñando guión en la Academia de Cine Baden-Württemberg en Ludwigsburg .
Sus otras películas como realizadora son: El bosque para los árboles (2003) y Todos los demás (2009).
El año 2016 ha sido un buen año para ella pues a todos los reconocimientos, para su película mejor considerada (Toni Erdmann), debe sumar los Premios del cine europeo al mejor director y a la mejor guionista
Maren Ade
A los seguidores del Cineclub solo les sonará un rostro del reparto de esta comedia profunda, es el del rumano Vlad Ivanov (1969), al que ya vimos en: 4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu (pel. 143); El concierto (245) de Radu Mihaileanu y la bielorrusa En la niebla (318) de Sergei Loznitsa
El cine alemán está trufado, a lo largo de la historia, de grandes cineastas y de poderosa corrientes cinematográficas. Desde el influyente expresionismo que tuvo su momento álgido en la década de 1920, al Nuevo cine alemán (1960-80) son muchos los nombres que están esculpidos con letras de oro en el frontispicio del séptimo arte: Wilhelm Murnau, Fritz Lang, Ernst Lubitsch, Leni Riefenstahl, Robert Siodmak Edgar Ulmer Douglas Sirk Billy Wilder..., los actores Marlene Dietrich y Peter Lorre la mayoría de ellos, salvo la propagandista nazi (Riefenstahl), huyeron a la industria estadounidense dejando atrás el régimen de Hitler y la guerra. Rainer Werner Fassbinder, Volker Schlöndorff, Werner Herzog, Jean-Marie Straub, Wim Wenders, Werner Schroeter, Hans-Jürgen Syberberg, Margarethe von Trotta... rompedores y punta de lanza del New German Cinema. Y un potente presente con gente como: Doris Dörrie, Uli Edel, Tom Tykwer, Wolfgang Becker, Fatih Akin, Dani Levy, Hans-Christian Schmid, Andreas Dresen, Dennis Gansel... lo que le toca del austriaco Michael Haneke (Munich 1942) , el compositor Hans Zimmer o los actores: Michael Fassbender, Sibel Kekilli, Daniel Brühl, Nastassja Kinski, Diane Kruger...
En el Cineclub El Gallinero hemos contado, en dieciseis ocasiones, con películas de esta nacionalidad, de las que destacaríamos la labor del turco-alemán Fatih Akin (Contra la pared, Al otro lado y Soul Kitchen); la inconmensurable La cinta blanca; la filosófica Hannah Arendt (Margarethe von Trotta)... y otras de buen recuerdo como: Deliciosa Martha (Sandra Nettelbeck), La ola (Dennis Gansel) y La suerte de Emma (Sven Taddicken).
Y me parece a mi
Toni es menos ridículo que el fascinante mundo de Inés
A eso que parece ser imprescindible para que gire el planeta: reuniones que solo tienen lugar en las capitales importantes, buenos modales, protocolos, resoluciones ingeniosas, intervenciones especulativas en los países emergentes, tratados comerciales libres de escrúpulos, sonrisas ensayadas; desayunos, comidas y cenas de negocios, multinacionales devorando a sus trabajadores para quintuplicar los beneficios, refinadas consultorías ahogando en champán y comisiones a embajadores y a políticos trepas... A eso, que llaman actividad económica, se dedica la hija de Winfried; una chica rubia, seca, estirada y triunfadora que ha conseguido por su preparación y, sobre todo, gracias a su conquista de la insensibilidad, un trabajo envidiable; o al menos, eso dicen algunos. La ejecutiva agresiva se desenvuelve en esta jungla con soltura y amplias expectativas. Pues bien, cuando este humanoide con faldas y muchas horas diarias de móvil, se queda a solas o sale de su alocado hábitat se encuentra perdida. Si alguien le hace una pregunta que no se refiera a estadisticas, bolsa, reparto de dividendos, estudios de mercado o recorte de plantillas; comienza a salirle humo de la cabeza. Y no te digo nada si la pregunta tiene que ver con la felicidad, el amor, el último libro leído o el mejor chiste de la semana.
El bueno de Winfried, un hombre de los de antes, uno de esos que considera que para transitar por los caminos de la realización personal, hay que hacer además otras cosas en la vida: no olvidarse de la familia, recuperar retazos de la infancia, disfrazarse, relacionarse de otras maneras... ; decide intervenir, intuyendo que la niña de sus ojos está equivocando su camino. Para ello echa mano de Toni, un ser ridículo que se convertirá en un espejo distorsionador de la imagen, hasta entonces ideal, de la consultora empresarial.
Yo tampoco estoy de acuerdo con la unanimidad de la crítica especializada para con esta película. Creo que aún siendo una obra interesante, tiene más de un defecto que no estaría mal reseñar. Para mi gusto, aunque los ingredientes no son nada desdeñables, le falta ligazón; la salsa no une, algunos componentes chirrían en la estructura.
En cuanto al humor, entiendo que a los alemanes les hacen gracia cosas que a los latinos, ni pizca, y viceversa.
Queda claro, no obstante, gracias al buen trabajo actoral, que el fracaso personal no tiene nada que ver con el éxito profesional, y que deberíamos empeñarnos con la gente que apreciamos para evitar su descarrilamiento. Sí, hay que verla por supuesto, pero con alguna medalla menos estaría mejor vestida.
A los seguidores del Cineclub solo les sonará un rostro del reparto de esta comedia profunda, es el del rumano Vlad Ivanov (1969), al que ya vimos en: 4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu (pel. 143); El concierto (245) de Radu Mihaileanu y la bielorrusa En la niebla (318) de Sergei Loznitsa
El cine alemán está trufado, a lo largo de la historia, de grandes cineastas y de poderosa corrientes cinematográficas. Desde el influyente expresionismo que tuvo su momento álgido en la década de 1920, al Nuevo cine alemán (1960-80) son muchos los nombres que están esculpidos con letras de oro en el frontispicio del séptimo arte: Wilhelm Murnau, Fritz Lang, Ernst Lubitsch, Leni Riefenstahl, Robert Siodmak Edgar Ulmer Douglas Sirk Billy Wilder..., los actores Marlene Dietrich y Peter Lorre la mayoría de ellos, salvo la propagandista nazi (Riefenstahl), huyeron a la industria estadounidense dejando atrás el régimen de Hitler y la guerra. Rainer Werner Fassbinder, Volker Schlöndorff, Werner Herzog, Jean-Marie Straub, Wim Wenders, Werner Schroeter, Hans-Jürgen Syberberg, Margarethe von Trotta... rompedores y punta de lanza del New German Cinema. Y un potente presente con gente como: Doris Dörrie, Uli Edel, Tom Tykwer, Wolfgang Becker, Fatih Akin, Dani Levy, Hans-Christian Schmid, Andreas Dresen, Dennis Gansel... lo que le toca del austriaco Michael Haneke (Munich 1942) , el compositor Hans Zimmer o los actores: Michael Fassbender, Sibel Kekilli, Daniel Brühl, Nastassja Kinski, Diane Kruger...
En el Cineclub El Gallinero hemos contado, en dieciseis ocasiones, con películas de esta nacionalidad, de las que destacaríamos la labor del turco-alemán Fatih Akin (Contra la pared, Al otro lado y Soul Kitchen); la inconmensurable La cinta blanca; la filosófica Hannah Arendt (Margarethe von Trotta)... y otras de buen recuerdo como: Deliciosa Martha (Sandra Nettelbeck), La ola (Dennis Gansel) y La suerte de Emma (Sven Taddicken).
Y me parece a mi
Toni es menos ridículo que el fascinante mundo de Inés
A eso que parece ser imprescindible para que gire el planeta: reuniones que solo tienen lugar en las capitales importantes, buenos modales, protocolos, resoluciones ingeniosas, intervenciones especulativas en los países emergentes, tratados comerciales libres de escrúpulos, sonrisas ensayadas; desayunos, comidas y cenas de negocios, multinacionales devorando a sus trabajadores para quintuplicar los beneficios, refinadas consultorías ahogando en champán y comisiones a embajadores y a políticos trepas... A eso, que llaman actividad económica, se dedica la hija de Winfried; una chica rubia, seca, estirada y triunfadora que ha conseguido por su preparación y, sobre todo, gracias a su conquista de la insensibilidad, un trabajo envidiable; o al menos, eso dicen algunos. La ejecutiva agresiva se desenvuelve en esta jungla con soltura y amplias expectativas. Pues bien, cuando este humanoide con faldas y muchas horas diarias de móvil, se queda a solas o sale de su alocado hábitat se encuentra perdida. Si alguien le hace una pregunta que no se refiera a estadisticas, bolsa, reparto de dividendos, estudios de mercado o recorte de plantillas; comienza a salirle humo de la cabeza. Y no te digo nada si la pregunta tiene que ver con la felicidad, el amor, el último libro leído o el mejor chiste de la semana.
El bueno de Winfried, un hombre de los de antes, uno de esos que considera que para transitar por los caminos de la realización personal, hay que hacer además otras cosas en la vida: no olvidarse de la familia, recuperar retazos de la infancia, disfrazarse, relacionarse de otras maneras... ; decide intervenir, intuyendo que la niña de sus ojos está equivocando su camino. Para ello echa mano de Toni, un ser ridículo que se convertirá en un espejo distorsionador de la imagen, hasta entonces ideal, de la consultora empresarial.
Yo tampoco estoy de acuerdo con la unanimidad de la crítica especializada para con esta película. Creo que aún siendo una obra interesante, tiene más de un defecto que no estaría mal reseñar. Para mi gusto, aunque los ingredientes no son nada desdeñables, le falta ligazón; la salsa no une, algunos componentes chirrían en la estructura.
En cuanto al humor, entiendo que a los alemanes les hacen gracia cosas que a los latinos, ni pizca, y viceversa.
Queda claro, no obstante, gracias al buen trabajo actoral, que el fracaso personal no tiene nada que ver con el éxito profesional, y que deberíamos empeñarnos con la gente que apreciamos para evitar su descarrilamiento. Sí, hay que verla por supuesto, pero con alguna medalla menos estaría mejor vestida.
Jaht
Toni Erdmann fue vista por 49 espectadores
La nota media, según los seguidores del Gallinero fue 6,80
La nota media, según los seguidores del Gallinero fue 6,80
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