“Salvo
manifiesto empeoramiento de su salud, no perdona el cordero asado; el
buey o la ternera, al horno, hervidos o cocidos; conejos y capones al
horno; liebres, perdices, truchas, pescado fresco, si lo hubiere. Toda
clase de repostería, dulces, compotas, mermeladas, barquillos, y en su
temporada, los melones, que él mismo siembra en su jardín de Yuste, y
hasta defiende entre sus criados, porque considera que es mejor un ruin
melón que un buen pepino”, según el doctor Matisio.
Debido a esto, Carlos V sufrió
importantes ataques de estreñimiento, hemorroides y gota, uno de ellos
le dejó el brazo izquierdo casi paralizado y el brazo derecho tan
afectado que casi no podía escribir; sin embargo, hizo caso omiso a los
consejos de Luis Quijada: “La gota se cura tapando la boca”.
En el verano de 1558, comienza de forma brusca con episodios de fiebre alta, sudoración, pérdida de su voraz apetito y decaimiento extremo, postrándolo en cama, con la boca entreabierta y con abundantes secreciones respiratorias que era incapaz de expectorar. En esta agonía pasó el monarca un mes. Pese al tratamiento con sangrías y purgantes, su salud empeoró progresivamente hasta su fallecimiento el 21 de septiembre de 1558, a los 58 años de edad.
En el verano de 1558, comienza de forma brusca con episodios de fiebre alta, sudoración, pérdida de su voraz apetito y decaimiento extremo, postrándolo en cama, con la boca entreabierta y con abundantes secreciones respiratorias que era incapaz de expectorar. En esta agonía pasó el monarca un mes. Pese al tratamiento con sangrías y purgantes, su salud empeoró progresivamente hasta su fallecimiento el 21 de septiembre de 1558, a los 58 años de edad.
Se sabe que Carlos V falleció de
paludismo (malaria) causado por la picadura de un mosquito proveniente
de las aguas estancadas de uno de los estanques construidos por el
experto en relojes e ingeniero hidrográfico Torriani.
Pues bien, este ex-emperador (había abdicado un par de años antes), que estuvo por aquí poco más de año y medio, hace exactamente 457, es el que nos priva esta semana de nuestra película de cineclub. Dicen que viene a Jaraíz y todos debemos rendirle pleitesía, dejando a un lado los entretenimientos plebeyos.
"Todos los establecimientos en que se regodea el populacho deben quedar a su disposición"
¡Lo que siguen mandando!, a pesar de su escasa consistencia física, a juzgar por la foto.
¡Lo que siguen mandando!, a pesar de su escasa consistencia física, a juzgar por la foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario