El Ciudadano Ilustre
6 de Abril/2017
Sala Avenida - Jaraíz -
21:00 Horas
DIRECTORES
Mariano Cohn, Gastón Duprat
Mariano Cohn, Gastón Duprat
GUIÓN: Andrés Duprat
MÚSICA: Toni M. Mir
FOTOGRAFÍA: Mariano Cohn, Gastón Duprat
REPARTO: Oscar Martínez, Dady Brieva, Andrea Frigerio, Belén Chavanne, Nora Navas, Iván Steinhardt, Manuel Vicente, Marcelo D'Andrea, Gustavo Garzón, Emma Rivera
GÉNERO: Comedia. Drama | Literatura
DURACIÓN: 118 Min. PAÍS: Argentina
SINOPSIS
Daniel Mantovani (Oscar Martinez) es un Premio Nobel de Literatura que abandonó su pueblo natal para vivir en Europa. Triunfó escribiendo sobre este lugar, Salas, un recóndito pueblo argentino, que convirtió en el escenario literario de toda su obra. Tras más de cuarenta años ausente, el escritor decide tomar una arriesgada decisión: abandonar la comodidad europea en la que vive y emprender un viaje para visitar su Argentina natal. Allí lo nombrarán Ciudadano Ilustre, y su llegada desencadenará toda una serie de situaciones desternillantes con los habitantes del lugar.
¿Quién es quién?
Mariano Cohn (n. en Villa Ballester, Provincia de Buenos Aires, el 1 de diciembre de 1975) y Gastón Duprat (n. en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el 8 de diciembre de 1969) son una dupla de directores y productores de cine y televisión. Son propietarios de la productora Televisión Abierta. Nos visitan por primera vez aunque algunos tal vez conozcan algo de su obra: Yo, Presidente (2006), El artista (2008), El hombre de al lado (2009), Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo (2011), Living Stars (2014), Todo sobre el asado (2016).
A Oscar Martínez (Buenos Aires, Argentina, 23 de octubre de 1949), protagonista de esta película, le recordaréis como el padre/juez de Paulina . Y a su secretaria en esta ficción, Nora Navas, por su papel principal en Pa negre (Pan negro)
El cine argentino ha gozado en nuestro Cineclub de gran simpatía y prueba de ello es el resonar de sus títulos: Nueve reinas, Amores perros, El hijo de la novia, Bolivia, El mismo amor la misma lluvia, Kamchatka, El viento, El camino de San Diego, Medianeras, Elefante Blanco, Futbolín, Paulina ...
Y me parece a mi
De lo que fue y pudo no haber sido y de lo que pudo haber sido y no fue
Más profunda de lo que pueda parecer esta reflexión de los directores
argentinos sobre la cultura y sus, no pocos, inconvenientes. Utilizando
un humor no carente de carga dramática y existencialista, de la mano de
un Oscar Martínez más que convincente en su liderazgo intelectual y unos
secundarios sin complejos que, aunque deformados en algunos momentos
para subrayar lo grotesco de las posiciones enquistadas, nos hacen
avanzar a través de la realidad y la ficción sin saber con claridad qué
terreno pisamos exactamente, pero sin importarnos en absoluto.
La obra, que fluye mansamente a pesar de las situaciones rayanas en lo estrambótico, está apoyada en un guión muy ágil y que conduce a una resolución más que compleja sobre las diferencias entre los seres novelados y los que habitan las pesadillas del día a día. Todo ello a pesar de que el protagonista de esta historia se encarga en explicitar en un par de ocasiones, a lo largo de la película, que él escribe sobre Salas, un pueblo del que sus personajes no pueden salir y en el que él no puede entrar; pero deja claro que mientras existan la imaginación y la libertad intelectual siempre se podrá luchar contra el aislamiento absoluto y la intransigencia, aunque no se consiga nada.
El transcendentalismo que pueda trasladar mi comentario no se ve tan solidificado, afortunadamente, en la pantalla. De forma que usted, si aún no la ha visto, disfrutará de frases ingeniosas; se reirá con lo aparatosidad del cambio de vida de un Premio Nobel convertido en estatua, pero al que despierta la curiosidad; y saldrá de la sala con una sonrisa enigmática, producida tal vez por el cosquilleo de alguna antigua cicatriz.
La obra, que fluye mansamente a pesar de las situaciones rayanas en lo estrambótico, está apoyada en un guión muy ágil y que conduce a una resolución más que compleja sobre las diferencias entre los seres novelados y los que habitan las pesadillas del día a día. Todo ello a pesar de que el protagonista de esta historia se encarga en explicitar en un par de ocasiones, a lo largo de la película, que él escribe sobre Salas, un pueblo del que sus personajes no pueden salir y en el que él no puede entrar; pero deja claro que mientras existan la imaginación y la libertad intelectual siempre se podrá luchar contra el aislamiento absoluto y la intransigencia, aunque no se consiga nada.
El transcendentalismo que pueda trasladar mi comentario no se ve tan solidificado, afortunadamente, en la pantalla. De forma que usted, si aún no la ha visto, disfrutará de frases ingeniosas; se reirá con lo aparatosidad del cambio de vida de un Premio Nobel convertido en estatua, pero al que despierta la curiosidad; y saldrá de la sala con una sonrisa enigmática, producida tal vez por el cosquilleo de alguna antigua cicatriz.
Jaht
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La nota media de los seguidores del Cineclub fue de: 8,80
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